El problema que tenemos en España es que tenemos más toreros que bomberos. Al menos eso es lo que dice el imaginario de la caverna colectiva de Podemos. Lo digo porque en su conciencia, a juzgar por la publicación que han hecho en redes sociales, la pesadilla calcinada de los incendios se podría haber evitado si no existieran Morante o Manzanares. No me gustan los toros. O, mejor dicho, no he pisado una plaza de toros en mi vida. Huyo, así que en realidad tampoco puedo tener un criterio sobre si me atraen los espectáculos taurinos o no. Mi único contacto con un semental ha sido cuando me he subido al toro mecánico de las fiestas de mi pueblo; aunque para feria las ocurrencias tomboleras de nuestros dirigentes. Todavía estoy intentando relacionar los incendios con los toros. Si alguien encuentra el vínculo, por favor, que me lo diga. No alcanzo a comprender qué tiene que ver una actividad profesional privada como es la de ser torero (me viene a la cabeza aquella canción de Chayanne) y un desempeño público como el de ser bombero.
La idea trasnochada de Podemos me recuerda a aquella vez en la que Cayetana Álvarez de Toledo hizo un alegato a la reducción del gasto público, pero se olvidó en mencionar que quizá también haría falta recortar en gasto político. Son de distinto partido, pero al fin y al cabo todos defienden su mismo pan. Se invierten miles de millones de euros en contratar personal político de libre designación, y a Podemos lo que le preocupa es que hay muchos toreros. Poco nos pasa con el nivel que tenemos en el panorama político. Anda que no tenían cosas por las que protestar. Como, por ejemplo, el cupo de asesores que ha colmado Carlos Mazón en la Generalitat Valenciana. Eso sí que afecta a la hora de gestionar los incendios; cuanto más dinero se invierte en pagar nóminas de estómagos agradecidos de las asesorías políticas, menos recursos habrá para cosas importantes como la prevención o extinción de los incendios.
Lo que pasa es que Podemos no va a entrar en eso, sencilla y llanamente porque ellos hacen lo mismo que Mazón, dar de comer a sus fieles y colocar a sus amigos. Hay una especie de pacto de no agresión, una separación de bienes de conveniencia. Se parece a cuando se descubrió la tesis doctoral presuntamente amañada de Pedro Sánchez y el PSOE llegó a un pacto con el PP para que no dijeran nada a cambio de que los socialistas tampoco mencionaran lo del curriculum académico de Pablo Casado.
Todos los políticos hablan de muchas cosas, pero no dirán ningún testimonio sobre el gasto político, si lo hacen será de puntillas y con nocturnidad, reptando cual serpiente de verano. Me gustaría saber si dada la situación que vivimos en la Comunitat Valenciana, tras haber sufrido una Dana en la que todavía hay gente que lo ha perdido todo, era necesario contratar a más cargos a dedo, como una especie de Oficina del Español a la valenciana dirigida por la política venezolana Mary Ponte. Me gustaría saber cuántas políticas de prevención de incendios forestales se podrían haber desplegado si se hubiese enchufado a esos asesores de turno. Eso es lo que importa, no que haya toreros. El problema que hay es que a poca gente en Podemos le gustan los toros, y a mucha gente le gusta tener un sueldo público sin haberla marcado en su vida.
Tanto los afectados por la Dana como los damnificados por el fuego se quejan de la falta de medios. Adivinen por qué. Nadie abrirá ese melón, es incluso escatológico e indecoroso protestar por el gasto político de nuestro país y por la cantidad de asesores que dicen estar muy liados pero que siempre que te los encuentras están tomando café en el bar de al lado de la institución de turno.
Espero ver a alguno de esos cargos enchufados reconstruyendo una casa en Paiporta o apagando un incendio en El Bierzo. Que se ganen el sueldo.