Opinión

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VALS PARA HORMIGAS

El Barrio de 'la Boti'

Publicado: 27/08/2025 ·06:00
Actualizado: 27/08/2025 · 06:00
  • El descubrimiento de la placa de la calle dedicada a María Dolores Peretó, 'la Boti'.
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En este verano de ausencias y bosques calcinados tuve que asomarme a un pasado que también ha quedado reducido a polvo y escombros. Con motivo del homenaje brindado por el Ayuntamiento de Alicante a María Dolores Peretó, la Boti, añorada representante vecinal, me paseé por el barrio de Alicante. Confirmé lo que ya me había olido en algún trayecto apresurado hacia el Ayuntamiento o hacia la zona de Santa María y el MACA. El Barrio por el que luchó la Boti, el Barrio en el que moldeé buena parte de lo que soy ahora, ya no existe. La farmacia en la que se resolvían o, como mínimo, se escuchaban los problemas de los vecinos es un chaflán sin personalidad. La asociación que presidía la farmacéutica ha acabado emparedada como el corazón delator de Poe. Y en cuanto a mí, los bares que frecuentaba están todos demolidos o cerrados. Y mis cines Astoria, mi única universidad reconocida, siguen a la espera de una promesa electoral que Barcala nunca cumplirá.

No se trata de nostalgia. Hace tiempo que se borraron mis huellas de las calles del Barrio y en las pocas ocasiones que miro hacia atrás, lo hago para arrepentirme de cosas estúpidas y nimias que no sé por qué todavía recuerdo. Me da rabia lo de los Astoria, claro. Mucha. Pero sobre todo porque me gustaría que los jóvenes cinéfilos de ahora tuvieran la extraordinaria oportunidad que nos regaló Paco Huesca a los de mi generación. Me entristece lo del Coscorrón, lo del Cure, lo del Supporter, entre otros muchos pubs que encharqué con la esencia de mi juventud. Pero aprendí hace tiempo que el tiempo es una barrena desbocada que va dejando agujeros de tres metros de diámetro en nuestras memorias. Yo ya dejé de formar parte de aquel Barrio de mis recuerdos. Es hora de que otra generación lo hagan suyo, lo tomen al asalto de sus expectativas, lo cincelen a su gusto y en función de las necesidades que encuentren en el sendero de sus historias.

Lo de la Boti, si cabe, me dolió bastante más. Resultó vencedora en casi todas sus guerras. O resistió, numantina, como hacen todos los que pelean por los demás. Por eso merecía una calle y está bien que le hayan puesto su nombre a un estrecho callejón que sube hacia San Roque, hacia la Santa Cruz. Me parece que le habría gustado que fuera tan insulso e impersonal como es, porque las revoluciones solo merecen la pena cuando los líderes son capaces de desaparecer entre la multitud una vez alcanzados los objetivos. Aunque sospecho que no le gustaría saber que su territorio, el Casco Antiguo de Alicante, ha acabado por rendirse. Ya nadie vive en el Barrio; ya nadie vive el Barrio. La farmacia de la cabecilla vecinal rebulliría de cólera al ver que los vecinos han sido expulsados, que las viviendas de uso turístico han copado las calles, que nadie va a reivindicar la historia, los edificios, la memoria ni las cuestas porque no quedan más que maletas en tránsito, inquilinos de quita y pon y un ayuntamiento que jamás se ha caracterizado por conservar las esencias. Salvo las de las Hogueras, que dan votos. Cuando pase el furor turístico, que pasará, no habrá otra voz como la de la Boti para reclamar limpieza, seguridad o esa farola que le hace falta a la vecina mayor que no ve bien y se tropieza con el mismo escalón cada noche, al tirar la basura. Solo entonces nos daremos cuenta de que aquel Barrio que un día estaba vivo no es más que un desierto despoblado. Arrasado por la arena del tiempo.

@Faroimpostor
 

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