Opinión

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WOMEN TALKS: APRENDIENDO DE ELLAS / CÁTEDRA MUJER EMPRESARIA Y DIRECTIVA

8M: Una muestra de la polarización de la sociedad española

"En lugar de transmitir un mensaje de confianza en el talento femenino, seguimos repitiendo discursos de victimización y polarización"

Publicado: 09/03/2025 ·06:00
Actualizado: 09/03/2025 · 06:00
  • Manifestación del 8M.

Hemos avanzado. Y mucho. Pero, ¿por qué parece que en cada 8M nos empeñamos en hacer un ejercicio de victimismo en lugar de reconocer el esfuerzo y el talento de tantas mujeres que han abierto camino? ¿Por qué seguimos atrapadas en un discurso de opresión en lugar de mirar al futuro con determinación?

 

El techo de cristal sigue ahí, sí. No se trata de percepciones subjetivas, sino de datos. En España, solo 2 de cada 10 catedráticos de economía son mujeres, a pesar de que en muchas facultades, como la mía, las mujeres son mayoría entre los estudiantes y tienen los mejores expedientes. Y en sectores como la judicatura o la medicina, la presencia femenina es aún más notable. Sin embargo, en los puestos más altos, CEO, consejero o director general la brecha persiste. Necesitamos estudiar cuales son las barreras para tener las herramientas para romperlo. La pregunta es: ¿queremos enfocarnos en lo que aún nos limita o en lo que podemos hacer para cambiarlo?

 

 

¿Empoderarnos? Nuestras madres y abuelas ya eran poderosas sin que nadie tuviera que recordárselo"

 

 

Porque cuando escucho que necesitamos “empoderarnos”, no puedo evitar sonreír. ¿Empoderarnos? Pero si nuestras madres y abuelas ya eran poderosas sin que nadie tuviera que recordárselo. Mujeres que no necesitaban etiquetas para ser el sostén de sus familias, que no pedían permiso para tomar decisiones, que lideraban con hechos, no con discursos.

 

Y si ellas pudieron en un mundo que de verdad les cerraba puertas, ¿cómo no vamos a poder nosotras ahora? Desde la Cátedra de Mujer Empresaria y Directiva, veo cada día a mujeres que no buscan excusas, buscan soluciones. Mujeres que han escalado a la alta dirección, que han emprendido, que han conciliado como han podido, que han renunciado cuando lo han decidido y que han apostado fuerte cuando lo han querido.

 

Y me pregunto: ¿por qué seguimos ancladas en la queja si el mundo ha cambiado?

 

Las barreras existen, claro. Pero, ¿estamos dispuestas a identificarlas y derribarlas, o nos resulta más fácil culpar al “sistema patriarcal” sin hacer autocrítica?

 

Porque hay barreras externas tales como, :la falta de referentes en ciertos sectores, o la maravillosa maternidad, que aún impacta más en nuestras carreras que en las de ellos, o lo peor, la inercia de algunos entornos donde sigue imperando el viejo modelo.

 

Pero también hay barreras internas y estas son las que nos permiten actuar ¡ya! Me refiero al síndrome de la impostora, que nos hace dudar de nuestro propio mérito; o a nuestra autoexigencia, que nos obliga a hacer todo perfecto antes de dar el siguiente paso, e incluso al miedo al qué dirán, que todavía pesa más en nosotras que en ellos.

 

Cuando miro a las nuevas generaciones, veo esperanza, pero también un desafío inquietante"

 

El mundo está cambiando. ¿Nosotras vamos a quedarnos atrás o vamos a liderar ese cambio? Porque cuando miro a las nuevas generaciones, veo esperanza, pero también un desafío inquietante.

 

Sí, los roles de género están evolucionando. Pero no podemos ignorar que los datos alertan de un repunte del machismo en los hombres más jóvenes y eso me preocupa mucho. Según el Barómetro Juventud y Género 2019 del Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud de la Fad, aunque el 49% de los jóvenes de 15 a 29 años se declaraban feministas en 2019 (frente al 34,8% en 2017), también ha crecido la normalización de actitudes controladoras en pareja. Por ejemplo, el porcentaje de chicos que ven “normal” revisar el móvil de su pareja si sospechan que les engaña ha subido del 14,5% en 2017 al 16,5% en 2019.O los datos de la Fundación ANAR, de los 20.515 menores atendidos entre 2018 y 2022 por violencia contra las mujeres, más de 11.000 denunciaron casos de violencia machista, reflejando un preocupante aumento en las nuevas generaciones.

 

¿Cómo es posible? Tal vez porque, en lugar de transmitir un mensaje de confianza en el talento femenino, seguimos repitiendo discursos de victimización y polarización. Tal vez porque en lugar de construir, nos hemos dedicado a buscar culpables. O peor aún: tal vez porque algunos han visto en este discurso una excusa para no evolucionar.

 

Las mujeres somos extraordinarias, y la ciencia lo confirma"

 

Liderar es dejar de buscar excusas. Las mujeres somos extraordinarias. Y la ciencia lo confirma. Nuestro cerebro conecta mejor los hemisferios, lo que nos permite gestionar varias tareas a la vez. Nuestra corteza prefrontal es más grande, lo que nos hace más empáticas. Nuestra amígdala es menor, lo que nos hace menos impulsivas.

 

Y esto, lejos de ser una cuestión de “superioridad” o “inferioridad”, es una ventaja competitiva si sabemos usarla a nuestro favor. Por eso, el género no debería ser una variable en la toma de decisiones profesionales.

 

La nueva baja de paternidad igualitaria ha eliminado una de las excusas que históricamente han frenado la contratación de mujeres. Ya no se puede decir que una mujer es “un riesgo” porque puede quedarse embarazada: los hombres también se cogen la baja.

 

Ahora bien, si queremos seguir avanzando, tenemos que jugar en igualdad real. Y eso significa asumir nuestras responsabilidades y dejar de esperar que otros nos resuelvan la ecuación.

 

Si queremos más mujeres en el poder, hagamos lo que hace falta para estar ahí

 

Desde la Cátedra de Mujer Empresaria y Directiva, hemos investigado cómo lideran las mujeres que han roto el techo de cristal. Y los datos de nuestro cuaderno de investigación hablan claro (os animo a descargarlo en https://catedramujerempresaria.com/): El liderazgo autocrático  y directivo predomina en altos cargos tanto en hombres como en mujeres. Son liderazgos activos y proactivos. Pensad que los entrevistados son 150 CEOs de compañías asistentes al CEO Congress por lo que a diferencia de nuestros trabajos con alumnos de master, estas mujeres si han roto el techo de cristal y evidenciamos que las diferencias existentes en alumnos se desdibujan en ellas. Por eso lo más común es encontrar estilos activos y en muchos casos mezclados.

 

Sin embargo, si queremos encontrar diferencias, encontramos que con los datos de la neurociencia ellos tienden a liderazgos carismáticos. Un liderazgo carismático se caracteriza influencia y persuasión alto, nivel de comunicación alto, alto poder de negociación  con empatía y autoconfianza. Saben gestionar el poder /y se orientan a la excelencia.

 

Si nos referimos a las mujeres se observa una tendencia más acentuada al liderazgo participativo que se caracteriza al trabajo en equipo, confianza alta, sinceridad alto, gran empatía y autoconciencia, alegría y positivismo, gratitud y enfoque en el equipo.

 

Este 8M no quiero discursos de opresión; quiero discursos de liderazgo"

 

Por ello, podéis comprobar que no hay una fórmula única. Que el liderazgo transformacional no aparece presente en ningún encuestado. Yo creo que lo importante es que cada una encuentre su manera de liderar sin tener que encajar en un molde impuesto. Y que el líder del sigo XXI tiene mucho de mujer.

 

Este 8M, no quiero discursos de opresión. Quiero discursos de liderazgo. Hablemos de cómo impulsar la formación para mujeres que aún no se atreven a dar el salto. Hablemos de cómo usar la neurociencia para potenciar nuestras fortalezas. Hablemos de cómo eliminar las barreras reales sin crear nuevas divisiones.

 

Pero sobre todo, hagamos que el 8M deje de ser un día de queja y se convierta en un día de orgullo. Porque si queremos igualdad, no la conseguiremos repitiendo lo que nos falta, sino demostrando lo que somos capaces de hacer.

 

Y nosotras, queridas lectoras, hemos podido con todo. Y ahora en las parejas jóvenes veo a mamás esplendidas pese a haber dormido poco gracias a ese complejo coctel hormonal de la lactancia y a sus parejas hombre con cara de destrozados. Será porque como me dicen mis hijas, soy victima de mi tiempo y no me entero de los micromachismos. Porque cuando salgo de casa y me encuentro a un amigo y me hace una galantería: cada día estás más guapa, no me ofende. Me alegra.

 

Celebrar lo logrado no es conformismo, es valentía.

 

Isabel Martinez Conesa

Directora de la Cátedra de Mujer Empresaria y Directiva

Catedrática Universidad de Murcia

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