ALICANTE. Hay actrices que nacen, otras se hacen, y las menos no saben ni siquiera que un día van a llegar al mundo de la interpretación, pero llegan y no lo dejan; es más acaban viviendo de ello, de una manera u otra. Algo así le ocurrió a Vera Lebrón, que cursó la carrera de sociología, trabajó en el sector, incluso hizo sus pinitos como periodista, pero que acabó estudiando interpretación teatral en la escuela de Jacques Lecoq, en París. “Yo había hecho danza, y me gustaba el cine, el teatro no me atraía. Fui a la presentación de un curso de teatro en el Centro 14, para acompañar a una amiga. Mi amiga no vino, pero yo sí que fui y bueno, me enganché. Y gracias al profesor del curso Miguel Angel García llegué a París. Me dijo 'tienes que venirte a París conmigo, porque tú tienes que hacer teatro. No puedes hacer otra más que teatro”. Y así Vera acabó en la escuela de Jacques Lecoq.
“La enseñanza en esta escuela se basa en un teatro desde el cuerpo, desde lo físico. En lugar de ir a lo sicológico parte de un diálogo con tu cuerpo. De Ahí va a la emoción, al movimiento, a lo sicológico. Yo tengo esa base, pero luego me formé con más gente, y fui investigando. Entonces yo tengo mi propio lenguaje teatral que ha sido como una amalgama de diferentes discursos teatrales que he ido investigando para sacar mi propio lenguaje. Y fue en 2004, cuando formé mi propia compañía. Silencio Teatro. Primero debutó con Infausto, se presentó a Alicante a escena, fue premiado. Luego vino Morfea, que también fue premiado”.
Ahora, tras haberle dado su nombre a su escuela de formación teatral, Vera regresa con el espectáculo Ofelias junto a las actrices Esther García y Luciana Barrenechea. “Primero fue una performance en Cigarreras con motivo de una exposición de pintura y una instalación artística. Ahí ya se creo una historia, y comencé a darle vueltas a cómo podía convertir dicha performance en otra cosa, en algo más. Ofelias es más una performance que teatro convencional. Utiliza una dramaturgia que trabaja sobre conceptos. En este caso habla de la mujer y de la relación con su cuerpo. Y cómo está condicionada a esa imagen que es la que le han dicho que tiene que ser y lo que le lleva a tener un tipo de creencias que modifican su pensamiento y la conduce, para mí, a una decadencia del ser. Ofelias apela a la autenticidad de cada una. A la esencia de cada una. Y que la sociedad intenta uniformizar. El personaje de Ofelia de Shakespeare tiene falsas creencias de sí misma hasta que acaba suicidándose. Hoy el suicidio no tiene por que ser un suicidio físico, puede ser ético, moral. Eso es Ofelias. La mujer que se olvida de sí misma”.