ELCHE. Son las 17.15 horas de la tarde. Cae un sol justicia en Elche, y además, con viento de poniente. El sol orillea a curiosos, paseantes y el primer público de la tarde de la artesana Feria de la Palma Blanca. De repente, un señor de Santiago de Compostela asoma por la bocana sur, por donde la teselas de la remozada plaza hacen cuesta. Es Alberto Núñez Feijóo. Detrás, Carlos Mazón, que sonríe (realizado). Feijóo pone la mirada en un punto concreto de la plaza, con una especie de curiosidad y admiración. La nube de fotógrafos sale veloz de la sombra de confort y se presenta a un palmo de ellos. De momento, solos. Para sorpresa de periodistas y otros transeúntes, que asisten a la imagen real del político gallego, como teletransportados a otra escena. Quizás la de la política de verdad. Primeras fotos. Primeros fans. Mazón ejerce de anfitrión. Nadie más. A los cinco minutos, irrumpe Pablo Ruz, como un cañón de espuma, de la perpendicular calle Mare de Déu dels Desamparats. ¿Pero no habíamos quedado en....? Ya da igual. En ese impasse en el que Ruz ha revirado por las calles de la vila murada ilicitana hasta que su google maps ha encontrado la posición, Feijóo ya es el centro de atención. Una pequeña muchedumbre le rodea, y le ruega fotos. Ruz conforma la terna. Comienza el paseíllo.
Así ha sido el inicio de la jornada vespertina de Feijóo en Elche. Por la mañana ha visitado la sede de Pikolinos, y se ha empapado del arte de hacer zapatos de calidad. A mediodía ha compartido mesa y mantel con la Asociación de Amigos del Arroz con Costra, y muchos empresarios. Ya por la tarde, con el vientre prieto, ha comenzado el paseíllo popular. Visita a casi todas los puestos de la Feria de Palma Blanca, saludos simbólicos -mamás, niños y mayores- hasta las 18.15 para enfilar la Plaza de Santa Isabel, por detrás. Entre las lozanas paredes de la Calahorra y el Museo de la Virgen de la Asunción, la organización ha deparado centenares de sillas y una grada de jóvenes afiliados para recibir a Feijóo con el mejor de los ambientes.
La tarde es perfecta. Hay sombra, que en estos tiempos es un tesoro. Quizás, con demasiados grados, pero corre el aire. El escenario es un set idílico para que las televisiones transmitan lo mejor de la visita de Feijóo en Elche. ¿Un espacio pequeño, quizás? ¿Mejor mostrar el aforo lleno y gente de pie? ¿O haber optado por un espacio más grande y haber exhibido músculo (que el PP lo tiene) al adversario? Lo que está claro es que la política no es como antes. Manda el Instagram.
En la Plaza Santa Isabel ya están todos: diputados, senadores, concejales, alcaldes, los jóvenes...y mucha gente. También Mercedes Alonso, la ex alcaldesa. Los tres tenores -uniformados- entran por detrás para llevarse los agasajos del respetable, alguno de ellos, llegados del universo pedáneo ilicitano (parlen valencià).