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La firma monfortina se libra de la LIQUIDACIÓN

No todo son quiebras en el mármol: García Moya cumple el convenio de 2010 y sale del concurso

  • Vista aérea de la cantera de Monte Coto. Imagen de archivo. Foto: RAFA MOLINA

MONFORTE DEL CID. Contra todo pronóstico, una de las compañías alicantinas más veteranas del sector del mármol, la monfortina García Moya, ha logrado salir airosa del concurso de acreedores en el que se vio inmersa hace una década. De este modo, evita la liquidación total y se asegura su continuidad. Tras 11 años en la cuerda floja, esta semana, Publicidad Concursal anunciaba la resolución al respecto: “Se declara íntegramente cumplido el convenio aprobado por sentencia de fecha 8 de julio de 2010”.

Según ha podido saber Alicante Plaza, la empresa pidió el concurso en 2009, pero fue un año más tarde cuando los acreedores aceptaron el convenio, que refinanciaba la deuda a 10 años. Entonces, la compañía hizo un ERE y, en 2011, vendió a Levantina una parte de su cantera en el Monte Coto, además de los 20 trabajadores que picaban piedra en ella. Más tarde, en 2014, la sociedad Romanense de Mármoles (afincada en La Romana) compró a la familia García Moya su parte en el Monte Público 115 de Jumilla (Murcia) a través de su empresa explotadora Canteras Rominter. Allí, la piedra extraída era y es el mármol Marrón Imperial.

A pesar de estas ventas, en 2019 —el último año del que se tienen datos—, la empresa que ahora sale de concurso declaraba unos ingresos de 160.000 euros y unas pérdidas de 260.000. Sin embargo, este mes de mayo de 2021, la compañía ha aportado la documentación que demuestra haber cumplido el convenio fijado. Aun así, la propia empresa no ha querido pronunciarse (al menos, hasta el momento) cuando este diario ha intentado obtener su versión.

Cabe aclarar que García Moya SL es una filial de Mármoles García Moya SL, la sociedad de cabecera del grupo. La concursada, fundada en 1956 por José Antonio García, se ha dedicado desde entonces a la extracción de piedra natural y, sobre todo, de la variedad Crema Marfil. Por su parte, una segunda filial, Canteras García Moya SL, ha sido y es la propietaria de las explotaciones que regentan. La matriz, no obstante, nunca ha estado en concurso y, según los últimos datos disponibles, en 2019 facturó 300.000 euros y registró unas pérdidas de 50.000.

En cualquier caso, la salvación de García Moya es, sin duda, una excepción en el sector. Por citar algún ejemplo, en 2017, la sociedad de Petrer Finar Spain echaba el cierre apenas dos meses después de haber solicitado el concurso y a pesar de haber sido premiada por su capacidad exportadora. Más recientemente, a finales de 2020, se anunciaba que la firma Mármoles Playmar, también de Monforte del Cid, no había podido superar el concurso de acreedores en el que estaba desde 2019. La deuda acumulada de 1,2 millones de euros y las pérdidas registradas en los dos últimos años —agravadas por la pandemia— sentenciaron su final.


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