SAN VICENTE DEL RASPEIG. La dimisión de la edil de Educación, Sanidad y Consumo y Protección Animal de San Vicente del Raspeig, Belén Arques (PSOE), ha evidenciado, todavía más, la brecha existente dentro del grupo municipal PSOE. En su carta de renuncia, la que fue número dos de la lista socialista en las pasadas elecciones ha justificado su decisión, además de por el "desgaste físico y emocional" que ha supuesto la pandemia, por haberse visto "sobrepasada por los problemas internos que sufre el grupo municipal".

El PSOE de San Vicente tiene acentuadas dos líneas dentro de la formación política: por un lado, la partidaria del alcalde, Jesús Villar, y, por otro, la del concejal José Luis Lorenzo. Esta última es la que mayor número de seguidores reúne, pues siete de los y las nueve ediles actuales -sin contar a Arques- siguen la senda lorencista, mientras que la única simpatizante de Villar en el PSOE dentro de la corporación municipal es Asunción París.

Pese a la mayor afiliación hacia Lorenzo, es Villar quien ocupa el cargo de alcalde por segunda legislatura consecutiva. El primer edil es consciente de la delicada situación que atraviesa el grupo municipal socialista y así lo expresa en el comunicado que lanzó tras la marcha de Arques, en el que instaba a "dejar de poner al grupo municipal bajo los intereses personales de alguno de sus componentes" y acusaba a un grupo de ediles de estar en una "posición de deslealtad con el alcalde".

Dentro de esta fractura en dos bandos hay una tercera pieza, un histórico del PSOE, José Gadea, quien se mantiene del lado de Lorenzo hasta tal punto que fuentes ajenas han manifestado que es el propio Gadea quien "maneja los hilos y a Lorenzo". Algo que refuerza, más todavía, la soledad en la que se está sumiendo el bando minoritario de Jesús Villar.

La dimisión de Arques

Según han desvelado a Alicante Plaza fuentes ajenas al Consistorio, Belén Arques fue llamada directamente por Lorenzo para ocupar el segundo puesto en las listas del PSOE a las elecciones municipales, involucrándose, precisamente, en esta línea lorencista "por afinidad política y por ser la mayoritaria". Una decisión que la exconcejala lamenta, como ha expresado en su comunicado de renuncia al acta, en el que ha reconocido parte de su responsabilidad al haber alimentado el "criterio del pensamiento único, el control férreo de lo que se debe sentir, pensar y manifestar, el estás conmigo o estás contra mí".