ALICANTE. Un bonito cadáver es la nueva obra del Aula de Teatro de la Universidad de Alicante (UA), que ha decido tratar de lleno un tema normalmente escurridizo: jóvenes y muerte. Asunto que no por evitar hablar de él va a desaparecer, sino más bien todo lo contrario. De hecho, a través de esta obra de teatro se pone precisamente en evidencia cómo esa falta de conversación en la sociedad coloca en todavía más riesgo la salud emocional de un colectivo frágil, a menudo sin herramientas para gestionar sus conflictos y duelos, que pide ayuda sin ni siquiera saber cómo hacerlo.
Se trata de una creación colectiva que empezó a trabajarse hace ahora un año y que se tenía que estrenar en mayo. No pudo ser por la crisis sanitaria, pero no se canceló, sino que se aplazó. "Pudimos dedicar casi todo el tiempo de la cuarentena a terminar la dramaturgia", explica Iván Jimenez, director de la obra. Pusieron los medios telemáticos para ello y se consiguió, por tanto, una creación nacida en mitad de una convulsión mundial que está directamente relacionada, precisamente, con la muerte.
En cuanto pudieron, comenzaron con los ensayos, que se realizaban en parques y jardines para mayor seguridad. Sin embargo, de la necesidad se hace virtud y esos ensayos les sirvieron para adaptar la obra al formato más humilde, renunciando a la escenografía y la iluminación, lo que ahora les permitirá recorrer los institutos llevando su mensaje al público concreto al que se dirigen. Y es que no solo estarán presentes en el Paraninfo de la UA este viernes, donde ya han agotado las entradas, sino que también irán a buscar a sus propios espectadores allá donde estén. "En esos casos sacrificaremos todo lo que tiene que ver con lo técnico con el objetivo de poder acercarnos realmente a los cursos de primero y segundo de bachillerato pudiendo hacerlo en los patios y lugares abiertos", afirma.
Hasta dieciocho actores y actrices forman parte del elenco de esta pieza coral en la que la protagonista es la propia muerte y también cómo esta afecta a los adolescentes. "Queremos que el espectador se encuentre con la obra y reciba en su butaca un tema y un mensaje que no es lo habitual", explica el director, sin dar demasiadas pistas del hilo argumental. Pero hablar sobre los jóvenes y la muerte no es algo común ni tampoco sencillo. Por eso esta función tan especial y necesaria ha contado con una fase inicial de documentación y trabajo con expertos que les ha servido para poder tratar y transmitir de forma certera esas situaciones emocionales. "Durante el otoño pasado estuvimos documentándonos y trabajando con diversos expertos en esta materia", asegura.