ALICANTE. Viene del mundo de la psicología. En el ámbito de las letras la respaldan libros de autoayuda, pero es ahora cuando ha decidido lanzarse con su primera novela. Mujeres que arden (Ediciones B, 2024) es el debut novelesco de María Esclapez, la psicóloga ilicitana que ha conseguido llegar a un público masivo con su trabajo. Tanto que en Instagram atesora cerca del medio millón de seguidores (481.000) y en su estantería literaria, cinco libros de los que es autora, siendo el más conocido hasta el momento Me quiero, te quiero. Ahora se zambulle en las historias de ficción, eso sí, sin olvidar la parte psicológica y tratando las relaciones tóxicas y la resiliencia. El martes 9 de abril, a las 19:00 horas, presenta su ópera prima en la librería 80 Mundos de Alicante, motivo por el cual este diario habla con la profesional de la psicología.
- Después de varios libros de psicología, Mujeres que arden es tu primera novela. ¿Cómo es que decidiste dar este salto?
- Cuando terminé de escribir Me quiero, te quiero, tenía la sensación de querer seguir escribiendo sobre el mismo tema (abusos emocionales, manipulación…). Pero me apetecía contarlo a través del ejemplo, aunque sin poner ejemplos. Pensé que era buena opción hacerlo a través de personajes de novela, que van con su mochila emocional y son complejos. Me encanta meterme en jardines, ¿por qué iba a ser diferente en esta ocasión?
- ¿Podría decirse, entonces, que la novela es un ejemplo práctico de una sesión de terapia? Es una chica que se da cuenta de que tiene una relación tóxica, una ciudad que la asfixia, un trabajo que la consume… Son temas recurrentes por los que la gente acude al psicólogo.
- Terapia no hay dentro del libro. Quería que la gente se pudiera sentir reflejada con Eleonor, la protagonista, con su historia, con su expareja -o no, porque con estas relaciones nunca se sabe si sigues o si lo has dejado-, con las historias que suceden entre ellos dos, los pensamientos… Sin olvidarnos de una red tan importante como las amistades, en este caso representada a través de Susana y de conversaciones con ella en las que le da pistas que quizás no tiene una relación sana.
- ¿Dirías que la novela es un destino o es un proceso? Es decir, ¿importa si la protagonista logra encauzar su vida o importa más cómo lo hace?
- Un poco de las dos. Con Eleonor quería reforzar la idea de renacer de las cecinas y salir adelante; la resiliencia. Ella se va de su lugar y empieza de cero para volver a conectar con su esencia. Es ahí cuando empieza su introspección y encuentra un camino, no para toda la vida, sino para cómo se siente en ese momento con todo lo que ha vivido. Importa el proceso, pero también por dónde quiere seguir tras ese bloqueo.