ALICANTE. María Llorca es, desde abril, la nueva CEO de la veterana empresa alicantina Chocolates Marcos Tonda, con sede el La Vila Joiosa. Encarna el cambio generacional, dando el relevo a su padre, Agustín Llorca, quien ahora actúa como presidente de la compañía. En estos seis meses ha trazado una estrategia a corto, medio y largo plazo que ya comienza a visualizarse. El primer paso ha sido un rebranding que les ha llevado a colaborar con artistas de la talla de Ágatha Ruiz de la Prada con una nueva colección de chocolates, así como el impulso de su línea La Virgen 1793 como marca premium. Iniciativas con las que pretenden acercarse a nuevos públicos y rejuvenecer su tarjet comercial. Una gama de artículos que ha recabado enorme éxito en Alicante Gastronómica, antes incluso de salir al mercado. El siguiente objetivo es consolidarse a nivel nacional poniendo el foco en Madrid e Ibiza, además de otras provincias más próximas como Valencia y Murcia. “Emprendemos una renovación constante: pakaging, productos, sabores, etcétera. Lo que está claro es que no vamos a parar”, sentencia en su entrevista con Alicante Plaza.
— Como CEO, entras a formar parte, de forma prominente, de la historia de una marca con más de 230 años de trayectoria…
— Efectivamente, empecé el 2 de abril y lo hice por ilusión. Siempre he tenido conexión familiar con la empresa. En este caso, con el presidente de la empresa. Entonces, veía cómo se trabajaba y todos los pasitos que se iban dando, desde hace mucho tiempo. Tenía mucha ilusión por formar parte de este proyecto y aportar mi pequeñito granito de arena, por poder aportarle ese toque de juventud. Un cambio generacional. Por creencia en el proyecto y por creencia plena de que tiene mucho futuro.
— ¿Este era uno de sus objetivos profesionales o tenía otros planes en mente?
— Desde pequeña, como digo, he tenido esa conexión. Siempre he estado muy vinculada al proyecto. Siempre he creído en él, pero he estado vinculada de forma externa. Entonces, con el paso de los años, yo iba formando parte de otros proyectos, pero siempre quería estar ligada a este, hasta que me decidí a dar el paso. Sentí la necesidad de formar parte de la empresa al 100% para poder aportar mi visión.
— En estos meses habrá tenido tiempo de trazar una estrategia….
— Pues lo cierto es que está siendo un año de retos. Desde que entré en la empresa hemos abordado asuntos muy relevantes ya que comenzamos a atravesar una crisis de la materia prima del cacao en la que todavía nos encontramos inmersos. Se ha producido una reducción de la oferta de esta materia prima por condiciones climáticas adversas, enfermedades de los árboles y plagas. Por otra parte, ha habido un incremento de la demanda desde zonas como India y China. Obviamente, todo esto ha dado lugar a un incremento en los precios.
Nosotros nos guiamos por la Bolsa de Londres y el incremento se triplicaba respecto a lo que había en el año anterior. Ha habido un incremento total del precio del cacao que se traduce en una crisis para todos los que trabajamos el chocolate. Ha sido duro, muy duro, porque hemos tenido que intentar abastecernos muchísimo de materia prima para poder sobrevivir, porque al final cada día te encontrabas en bolsa con un precio diferente y no querías que se trasladara al precio de venta de los productos.
Esta crisis ha sido global y ha coincidido, además, con la crisis inflacionista, así que ha sido imposible que no se reflejara en los precios del producto, pero ha sido así en todo el sector. A nosotros se nos han duplicado o triplicado los precios de la materia prima y hemos intentado reducir los márgenes al máximo para que no afecte al precio del producto, pero al final se ha visto reflejado en el mercado. Ha sido complicado.
— ¿Cuáles son los objetivos de la compañía a corto, medio y largo plazo?
— Desde que entré, tenía en mente un rebranding. Ha sido emocionante ya que he podido formar parte de un proceso muy bonito al darle una nueva vida a la marca. Hemos creado una colección de chocolates en colaboración con la diseñadora Ágatha Ruiz de la Prada, al tiempo que se ha querido consolidar la línea La Virgen 1793 impulsándola como marca premium. He estado en todo el proceso de estas dos nuevas creaciones, que ha sido súper emocionante. Ese ha sido uno de los objetivos de la empresa en el corto plazo, para poder darle atractivo a la marca y tener más potencial a nivel retail.
Nuestro objetivo en el medio y largo plazo es crecer a nivel nacional con puntos estratégicos como Alicante, siendo más fuertes en la provincia, que al final es nuestra casa, pero también en Valencia, Murcia, Madrid e Ibiza. Ahí van a estar nuestros focos a nivel nacional, tanto a través de puntos de venta como en grandes superficies. Hemos venido actuando de forma bastante regional, pero ahora hemos potenciado el área comercial para poner el foco en esos puntos estratégicos. Queremos hacer conocido el producto y este rebranding nos va a ayudar en el reposicionamiento de la marca.