VALÈNCIA. El amor es ver fantasmas. El cariño puede ser como una sombra que se acerca, y los recuerdos no son más que gestos conocidos y frases que se repiten a lo largo del espacio tiempo. El amor es también un sentimiento grande, fuerte, algo que no se puede describir al igual que sucedería con una aparición paranormal. Ese secreto, el de encontrar algo que no está a la vista de los demás, aparece reflejado en MirafIori, la nueva novela de Manuel Jabois (publicada por Alfaguara) en la que se adentra en la relación deshecha entre dos amantes que se deteriora constantemente a lo largo de los años. Con un viaje entre tres años clave de la vida de Valentina y de su amante -entre 1997, 2017 y 2023- Jabois encaja en bloques un relato de dos protagonistas que se pelean entre ellos sobre creer o no en el amor.
Con celos, ira, mentiras y mucha pasión Val comparte con su amante el mayor secreto: ve fantasmas, le persiguen. Esta confesión establece un paralelismo perfecto entre ambos, suponiendo a su vez una analogía entre el amor que tienen ambos y lo que es el reflejo de una relación a toro pasado. Mirafiori se compone a su vez de una historia de amor y desamor que traspasa todo tipo de universos y que se escuda en lo paranormal para mirar de frente al terror de lo desconocido.
-¿Por qué escribir sobre el amor?
-Es un tema que me interesa. Las historias de amor las contamos quienes estamos al lado de las parejas y las vemos desde fuera, una vez han pasado dos o tres siglos. Una historia de amor contada por alguien desde dentro puede convertirse en una de terror si la pareja ha terminado, suele resultar un relato un poco traumático.
-Hablas de un amor que se sucede desde la adolescencia hasta la edad adulta, ¿a qué se debe?
-Para mi hablo de ese amor un poco por envidia, uno de los motivos por los que escribo es por la pura curiosidad de saber como habría sido vivirlo de esa manera, ahí me escudo en la dicción. En este caso me interesa mucho poner en el foco a las parejas que se conocen desde toda una vida, tan fuertes y a la vez tan vulnerables. Esas parejas están hechas de ese tiempo, que les convierte en indestructibles y que a la vez les hace daño. También me gusta jugar a imaginarme como serán esas relaciones que están hechas de tiempo, en las que el daño es bastante inevitable.
-Un tiempo que se divide en tres ejes clave: 1997, 2017 y 2023
-Es en parte una historia de crecimiento. Para mi estos relatos románticos son eternos, y me es muy útil dividir el relato, me estimula trabajar con tramos en los que todo sube y baja de alguna manera. Todo ello se ve enlazado por el principio y el final, la historia comienza y acaba con ellos dándose de la mano, al final ellos se juntan tras tantos viajes, peleas e historias... para mi eso es lo que le da ese cierre.
-¿Viviste ese amor que relatas?
-Yo siempre he querido tener una pareja durante mucho tiempo, estar con alguien por más de 20 años. Ahora, con 45 años, pienso que es una idea bastante irrealizable [ríe], tengo amigos que se conocieron con veinte años por ejemplo y me encanta ver esa relación desde fuera. Para mi este amor es un poco como el de mis padres, lo veo desde fuera y lo admiro... en este libro de alguna manera también está esa parte de mi, que tiene que mover de alguna manera. Lo vivo con la curiosidad de algo que no he vivido del todo.