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por amor al arte

Lou Grant

  • Lou Grant

Mónica Oltra lo bordó: lloró com una xiqueta por el aparente o aparatoso -eso va por barrios- desplante del president. Pero antes de llegar a casa, desde el coche, se repasó los labios, llamó a Ximo Puig y le susurró: “querido, me quiero todavía más a mí que a ti”. La viceparatodo cenó en familia. Se hizo la toga y se volvió a poner -en su sitio- los moños de vicepresidenta y de Mare de Déu de tots els valencians. Se recostó -“dormir con los moños puestos es de guapas”- en la almohada Moñaditas y antes de que cantara el primer gallo entre Menorca y Sardinia, encargó lo de la farmacia, concertó la ronda de entrevistas por las televisiones privadas depravadas, mordió la manzana de Caín y la costilla de Abel y, sin pestañear, arregló las primarias e hizo las listas del Bloc, de Compromís, del PPCV y de Vox. Decidió qué gafas se pondría en la mani del 8M. A las 7:30 de la mañana, la señora Oltra había hecho los desayunos y las meriendas de todo el vecindario y, por fin, se había reconciliado con ella misma y su destino. Puig y ella: juntos para siempre en lletres d’or en la Enciclopedia Británica. También escribió los editoriales de los diarios indígenas. Dios Salve a La Reina. Vicente Boluda se postula como presidente en la renovación del Real Madrid. Poder valenciano.

A esas horas, Sonia Castedo, Ángel Fenoll, José Joaquín Ripoll y Billy el Niño dormían como bebés. Una luz  irreal se filtra apenas por los barrotes de la celda. La familia Zaplana cae fulminada por el mal de Stendhal, por la magnificiencia de su propia grandeza, belleza y fortuna. Algo se mueve en la patronal alicantina. Nuestro compañero de Alicante Plaza David Martínez seguro le arrancará una entrevista jugosa y regia a Antonio Arias. Manuel Alcaraz, en plena resaca de Adoración Nocturna, le reza a las clarisas de la Santa Faç pidiendo “no dramatizar más”, preocupado en extremo por el inminente futuro de su cuenta corriente. Enrique Ortiz sueña en el yate con el Síndic de Greuges, su “papelito” y el épico cartel de Pablo Iglesias. Dinero. A Monseñor Cañizares se le cae rodando de sus seminales y níveas sábanas de seda la sangrienta cabeza cortada del caballo de los Cotino y, levitando sobre su capa, con aquel paternalismo viejuno de Juan Pablo -Palito Palito- II, nos anuncia con la voz de Rembrandt urbi et orbi -aquí falta la convicción y verdad de Paco Camps sobrevolando la invasión de carpas y verbenas falleras- la santa bula y absolución de todas las valencianas que se equivocaron de manifestación y me salieron el 8M. Juan Roig nombra a Rafael Berrocal como nuevo Jefe de Frutas de Mercadona. Todo el imperio y parte del Brexit comenta que el príncipe Carlos y Letizia Ortiz inauguran el miércoles a Sorolla en la National Gallery. Se extiende la sarna entre la cabra hispánica. Un médico maxilofacial se dedica a enviar videos follativos los viernes por la noche. Manguerazo de Mario Draghi. 30 años del Like A Prayer de Madonna. 

Inés Arrimadas también se distancia, no se acaba de fíar del feminismo liberal de ir por casa -que es lo mismo que la autocrítica y práctica neomarxista de la lidia litúrgica tridentina, el apagón venezolano y lanzamiento de cabras y de la “colección de burros” del campanario joseantoniano del filósofo Jiménez Losantos- de Albert Ribera. Nadie sabe quien es Marta Martín. Toni Cantó se siente ya, hoy, arropado por él, sí, por el novio de la “fría, distinta y soberbia” según Boris Izaguirre, de Malú, la verdadera ama de llaves -con la ayuda geolocolizada de Vox- del Palau de la Generalitat. Faltan costaleros, sobran pistoleros. César Sánchez, sin motos de agua ni barcos fondeados, anda sumido en la vía vagoneta. Perdido allá entre el césped del hoyo 18 de la nostalgia de “los antipáticos valencianos” de Pío Baroja. EU, Podem y PP Alacant. Tirantes, lipotimias y el fracaso de los huertos urbanos: Dani Simón, Xavi López y Charli Castillo. A Luis Barcala los niños del centro le huyen despavoridos hacia la oscuridad. El PP se equivocó aislándose del 8M. Fotón de Antonio Cortés: Marina Civera, Fallera Mayor de València, levanta el puño con el pañuelo morado en el balcón del cap i casal en la mascletà de la  Reyes Martí.

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