ALICANTE. La Bodega Submarina del Mediterráneo (BSM), uno de los proyectos más innovadores nacidos en Alicante en los últimos años con su sistema de maduración de vinos bajo el mar en el Cabo de las Huertas, ha captado un socio de primer nivel para impulsar su crecimiento. Según han confirmado a Alicante Plaza las dos partes, el abogado Cayetano Sánchez Butrón, presidente de Fundesem, y su hermano Santiago Sánchez Butrón han adquirido una participación mayoritaria de la empresa fundada por José Marín.
La compra del capital se ha llevado a cabo a través de la firma de inversión de la familia Sánchez Butrón, según estas fuentes, y busca impulsar el plan de negocio presentado recientemente por la empresa, que llamó la atención tanto de bodegas como de inversores. La dirección de la empresa seguirá en manos de su fundador, que dejó su trabajo de buzo para plataformas petrolíferas para poner en marcha este innovador proyecto hace dos años, con una espectacular acogida por parte del sector. Los Sánchez Butrón, así, actuarán como socios capitalistas y aportarán también a la empresa sus conocimientos en sus respectivos sectores.
Tras la adquisición de la parte mayoritaria del capital, la sede de la empresa, originalmente radicada en Elche, se ha trasladado hasta el despacho de abogados en la plaza de los Luceros, según recoge este martes el Boletín Oficial del Registro Mercantil (Borme). Al parecer, el ascenso meteórico de esta pequeña empresa alicantina ha resultado tan atractivo que, según las mismas fuentes, ha generado multitud de ofertas de compra de acciones e inversión, si bien según los fundadores, el grupo familiar Marín, finalmente la decisión de venta no ha estado basada en la oferta económica, "sino en la coincidencia de objetivos comunes y valores y encaje de ambas familias".
BSM ofrece a bodegas y empresarios vitivinícolas (no elabora sus propios vinos) la posibilidad de sumergir sus botellas frente al Cabo de las Huertas de la capital alicantina, para sacarlos un año después con unas propiedades totalmente distintas a las que se obtienen con el método tradicional. Este método de maduración permite acelerar el proceso gracias a que el mar ofrece una temperatura sin variaciones significativas, una humedad constante y "lo que creo es el factor más importante, la presión que se produce en el vino bajo el mar", según José Marín.