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financiación adelantada por avant, a costear después por los dueños del suelo

Los retos del Parque Central de Alicante: un coste por reajustar e integración de tres estaciones

  •   Panorámica de la playa de vías todavía en superficie en el acceso ferroviario a Alicante. Foto: RAFA MOLINA  

ALICANTE. El proyecto del Parque Central de Alicante en los terrenos liberados de las vías del ferrocarril se prepara para saltar de pantalla con el inicio de la fase de participación pública: un trámite exigido por la legislación urbanística que resulta indispensable para que se pueda concretar la ordenación del sector. El Ayuntamiento de Alicante y la sociedad Avant (que integra al Ministerio de Transportes y a la Generalitat, al margen del propio Ayuntamiento) pretenden que ese proceso consultivo se complete antes de un año con el objetivo de que el próximo julio se pueda disponer de un Plan de Ordenación Pormenorizada aprobado, a partir de los parámetros que se fijaron en ese mismo mes de 2023 con la aprobación del Plan de Ordenación Estructural.

A partir de ahí, se convocará un concurso público para el diseño del proyecto de urbanización y la elaboración del Plan de Actuación Integrada (PAI). Solo cuando esa tramitación administrativa quede completada -posiblemente, ya en 2026- podrá licitarse la ejecución de sus obras en un horizonte que todavía no se ha concretado. Ni el alcalde de Alicante, Luis Barcala, ni el director general de Avant, Javier Martínez Barco, llegaron a aventurar un posible calendario al respecto en el acto de presentación de la primera consulta pública prevista en el plan de participación. Se trata, en suma, de una encuesta para que la ciudadanía pueda formular aportaciones sobre cómo se pretende que pueda ser el diseño de ese futuro Parque Central y sobre qué otras dotaciones públicas deberían incorporarse en su desarrollo.

En todo caso, al margen de superar esa fase administrativa de planificación, la construcción de ese nuevo "gran pulmón verde" en el Centro de la ciudad todavía debe afrontar dos retos esenciales. El primero tiene que ver con la integración de todos los sistemas de transporte público que se pretende que coexistan en ese mismo ámbito de más de 468.000 metros cuadrados. Dicha integración -a la que se ha venido dando el nombre de estación intermodal- es, en realidad, la combinación de tres estaciones distintas: la estación central del tranvía (cuyas primeras obras deberían arrancar en septiembre), la estación de ferrocarril (cercanías y alta velocidad) y la estación de autobuses, al margen de la disposición de parada de taxis.

Intercambiador de transportes 

No se trata de la construcción de un edificio único, sino de que se permita una conexión cómoda entre tres terminales para que los viajeros puedan realizar una transición peatonal ágil para cambiar de un medio de transporte a otro. Ahí es donde entra en juego el estudio de alternativas encargado por Avant para encajar todas las piezas, a partir de dos requisitos esenciales: que se procure la permeabilidad peatonal entre los barrios que han estado históricamente separados por las vías del ferrocarril y que el Parque Central se extienda prácticamente hasta la avenida de Salamanca. 

Por lo pronto, después de barajar otros estudios sobre la ubicación concreta de la estación de autobuses (con opciones como situarla en el borde sur del barrio de San Blas), el Ayuntamiento se inclinaría por un diseño que disponga las tres estaciones a distinto nivel de profundidad para facilitar su encaje y su conectividad. 

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