ALICANTE. Las seis formaciones políticas representadas en el Ayuntamiento de Alicante (PP, PSOE, Ciudadanos, Unides per Alacant, Compromís y Vox) cerraron este viernes la campaña con la organización de actos públicos en distintos escenarios y ya velan armas ante una contienda electoral que -según indican la mayoría de los sondeos nacionales y autonómicos- se antoja especialmente disputada entre los bloques del centro-derecha y del centro-izquierda también sobre el terreno municipal.
De partida, se añaden tres elementos para la incertidumbre: la posible incidencia que pueda tener el pronóstico de lluvia en la afluencia a los colegios electorales, el grado de movilización de la ciudadanía y la contaminación que llegue a ejercer el debate político nacional sobre el voto local en unos comicios que se han querido convertir en un primer ensayo de las generales.
En el caso de la capital, los grandes compromisos y los balances sobre el mandato que llega a su fin ya están sobre la mesa. Como informó este diario, la incógnita esencial que quedará despejada el 28M es si el PP logra las papeletas necesarias para gobernar sin necesidad de alianzas o si la suma de sufragios obtenidos por las candidaturas progresistas son suficientes para promover el cambio.
El punto de inicio es el primer bipartito de centro-derecha de la historia de la ciudad compuesto por PP y Cs que -como sucede en toda gran población desde la aprobación de la llamada Ley de Grandes Ciudades- ha dirigido la acción política desde la Junta de Gobierno y solo ha tenido que sumar apoyos de Vox en votaciones comprometidas (como los presupuestos) al no disponer de mayoría absoluta.