El viernes presencié, telemáticamente, el webinar del CEO de Binomio Ventures Ezequiel Sánchez sobre cómo debía ser, a su juicio, del día después de la crisis del Covid-19. Sánchez estuvo bien acompañado por el presidente de Ineca, Rafa Ballester, y por la vicepresidenta Beatriz Martín. Ezequiel dio muchas claves de cómo puede ser el futuro, cómo deben orientarse las empresas, qué sectores van a tener una nueva oportunidad y habló de liderazgo y territorios. Insisto, todo muy interesante. Comparto con él muchas cosas, pero quizás su intervención olvidó que por desgracia la política, el sistema, la burocracia sigue teniendo un peso muy importante, y que muchas decisiones no son tan ágiles de tomar o poner en marcha como nos gustaría, o como pensamos, o vemos desde fuera. Hay dos ideas muy interesantes que puso sobre la mesa: la posibilidad de generar un liderazgo de base empresarial y la posibilidad de retomar el eje Alicante-Elche.
Del primero se puede decir que ahora es más posible que antes: hay una generación nueva -las segundas y terceras generaciones ya dirigen las empresas-; ahora bien, ese liderazgo debe tener en cuenta varias cosas para convertirse en una iniciativa exitosa, y a seguir: tener un modelo, aplicarlo, que funcione y que sus resultados veamos todos. Esto lo han hecho ya algunos, incluso se han generado algunos clústeres industriales por la versatilidad de las determinadas empresas -la Foia de Castalla y sus industrias quizás sean un ejemplo que nos hemos encontrado o que ha generado el propio mercado-. Ahora lo debería liderar otro sector, quizás el tecnológico, o el turismo si es capaz de readaptarse a lo que le viene: menos turistas pero que sean de un mayor poder adquisitivo, o, por qué no, hacer una apuesta por destinos verdes en el que comprar una cosa o reserva un hotel no sea solo por ver el mar o comer bien, sino por saber que podrás pasear, hacer deporte o visitar enclaves, naturales y urbanos, como si estuvieras en tu lugar de origen (a excepción de la climatología). Esa propuesta de liderazgo empresarial debería hacer una apuesta nueva, que aporte valor añadido y, como dijo Sánchez, con escasa dependencia del político de turno. ¿Puede hacerlo? Sí, porque la provincia de Alicante es en sí un ejemplo de resiliencia económica gracias, en parte, a su patrimonio natural. Su gran peaje, que ese esfuerzo no se ha traducido en unas mejores infraestructuras, o que, las que hay, hayan venido a cuenta gotas, y tarde (a excepción de la ampliación del aeropuerto), o tengan un funcionamiento muy deficiente. Por la tanto, materia para el liderazgo hay. Falta saber quién toma el testigo.