VALÈNCIA. El lápiz de Antonio Ortiz Fuster, es decir, Ortifus, ha retratado la historia de València a través de unos personajes narigudos de ojos saltones y sin orejas que ya forman parte del imaginario popular. Dibujos acompañados por juegos de palabras con doble sentido para hablar de la realidad que nos rodea. Una vida en viñetas que atesora celosamente en su particular hemeroteca y de la que ha extraído un 1% —tiene cerca de 40.000 dibujos— para que nos colemos en su particular mundo: Ortifurama valencià, la retrospectiva más amplia realizada sobre su trabajo y que se puede visitar en el Centre Cultural La Nau de la Universitat de València hasta el 24 de abril.
Cerca de un millar de piezas, entre ilustraciones, esculturas y material bibliográfico, ordenadas de forma cronológica para recorrer la historia de València a través de más de 600 imágenes, entre las cuales también hay caricaturas de personajes políticos, que se suceden a través de dibujos y proyecciones. Una exposición comisariada por Álvaro Pons y Daniel Tomás, que el propio Ortifus va desgranando para contar las historias que hay detrás de esas historietas, como su colaboración en la revista El Jueves, el anuncio que creó al modo Walt Disney o las fallas que se quedaron en un boceto.