VALÈNCIA. Mirar de Lejos es el primer tema de Cuando Amanece de los valencianos La Culpa. Un corte rápido, melancólico, dentro de la creciente e hipnótica escena post punk de València. Un tema que recarga tus pilas, enmudece tu alma y aprieta tus resortes lacrimógenos porque remueve algo dentro. Diez canciones que te llevan al filo, que te hacen ver el abismo, sin dejarte caer. Electrónica, guitarras afiladas, voces siniestras y un punto esperanzador. Cuando Amanece es el segundo álbum de los valencianos, el primero fue homónimo, aunque por el sonido, la firmeza de su propuesta, la frescura envolvente y la energía espiral que transmiten parecen llevar aquí años.
Hace un poco más de un año que publicaban su primer redondo, en digital y cassette, con ocho temas. Entonces era Tania la encarga de la voz, ahora Cohete. Lo último que ves suena en mis auriculares segundos antes de llamar a Toni Xerea, batería del combo, las pinceladas de electrónica machacona y sus primeros acordes se repiten en mi cabeza mientras suenan los tonos antes de que descuelgue el teléfono el músico.
Me descubro ante el momento tan efervescente que estamos viviendo en València a nivel musical. Si Margarita Quebrada fue uno de los mejores plásticos del curso anterior y La Plata siguen marcando el imaginario camino, este año La Culpa han terminado de despegar.
Vayamos al principio del grupo con Toni. “Surgió en el Río estando de fiesta en el cumpleaños de una colega, yo llevaba tiempo queriendo montar algo así como más rarete, un rollo así con baterías, sintes y bajos”, comenta. Toni tenía un sonido en la cabeza, un tipo de música que deseaba explorar, investigar y les propuso la idea. “Una movida así oscureta y hablé con Néstor, que es el bajista de Futuro Terror y con Micky, que es el guitarra, y estábamos ahí juntos y fue: hostias, vamos a quedar un día, a mí me apetece algo así, les pasé temas del rollo oscuro. Habíamos hablamos de hacer algo juntos y quedamos un día y salieron cosas que nos molaron”, señala. “Y entonces hablamos con Tania, que era la primera cantante, la que grabó el primer disco, que había venido hacía poco de Madrid, yo la había oído cantar y su voz me parecía súper chula”.
Letras directas, de corto, muy corto minutaje, fueron las canciones que les salieron cuando se unieron y dejaron emerger la creatividad. La sinergia entre ellos se materializó en enseguida en el local de ensayo. “Todo salió muy rápido, al mes cerramos un concierto, que fue la reapertura de La Resi después de la pandemia, y dijimos: venga, va, preparamos unas cuantas canciones y tocamos, por tener objetivos. Eso fue el 5 de noviembre de 2021, nosotros no juntamos en octubre de ese año”. Todo iba a la velocidad del rayo o siendo más valencianos, como una traca estallando sorprendiendo al público.
En el seno de la banda, todavía sin nombre, las ideas bullían, el rollo oscuro había dejado paso a una amalgama de sonidos: el pop y la electrónica ganaban terreno de forma natural. “Ese primer mes sacamos seis canciones, que luego fueron de los ocho que grabamos. En plan, vamos a hacer algo rápido con varias bandas. Tocamos primero, estuvimos ahí unos quince minutos, fue un concierto súper rápido”. Al poco se metieron a grabar, Diego Escriche, vocalista de La Plata fue su productor. “Y luego en navidades, porque nos pillamos las navidades para pasarlas en La R esi para ir preparando las canciones, a los tres meses de juntarnos grabamos el primer disco”.
Escriche apareció justo en el momento donde La Culpa necesitaba un productor. “Supongo que lo elegimos por cercanía, porque habíamos oído cosas chulas que nos molaban. Mola cómo graba él, y vamos a comentarle. Y enseguida dijo: sí, sí, me paso una semana ahí con vosotros y lo hacemos”, recuerda.