ALICANTE. El proyecto promovido por la empresa Alicante Aquaculture para posicionar una piscifactoría en tierra en terrenos del Puerto de Alicante da el paso final para lograr la concesión definitiva que resulta necesaria para disponer del suelo en el que desarrollar sus instalaciones, después de que se haya cerrado el trámite de competencia de proyectos puesto en marcha el pasado mes de abril ante la posibilidad de que pudiesen presentarse solicitudes alternativas para la disposición de esos terrenos.
Al no registrarse otras propuestas sobre el mismo ámbito, el acuerdo de concesión -sujeto a presentación de alegaciones- anticipa la puesta a disposición de una parcela de 9.000 metros cuadrados localizada en el muelle 11 en la que la compañía planea la construcción de una nave de 70 x 70 metros dedicada a la cría y engorde de seriola: una especie también conocida como lechola, muy apreciada en el mercado asiático, según sus promotores.
Con ese acuerdo, el desarrollo del proyecto depende de dos últimos trámites. El primero, que la Conselleria de Transición Ecológica que coordina Mireia Mollà emita la resolución ambiental definitiva, después de que, el pasado mayo, trascendiese que ese mismo departamento había concedido la autorización de vertido que resulta necesaria para evacuar los efluentes tratados en aguas del Puerto. Se trataba de un paso con el que se preveía allanar la emisión de la declaración de impacto ambiental (DIA). Sin embargo, ese último beneplácito continúa sin resolverse.
El segundo trámite consiste en la obtención del permiso municipal de obra para poder acometer la construcción de la nave. En este caso, se trata de una autorización que quedaría supeditada a la disponibilidad del visto bueno definitivo de Transición Ecológica. En principio, todo parece indicar que esos últimos permisos podrían estar disponibles en el margen del próximo trimestre, lo que permitiría impulsar la construcción de las instalaciones en el arranque de 2023. O lo que es lo mismo, casi tres años después de que la iniciativa quedase registrada e iniciase el proceso de tramitación administrativa, lo que habría supuesto ciertas dificultades para mantener el respaldo de los inversores con los que se concertó la financiación de las instalaciones.
De hecho, fue en ese año 2020 cuando el proyecto quedó reconocido por el Ayuntamiento de Alicante como inversión de carácter prioritaria: la fórmula prevista en la legislación autonómica para acelerar iniciativas que comprendan inversiones superiores a los 600.000 euros o que conlleven la generación de más de diez puestos de trabajo. Se trata de dos requisitos que la propuesta de Aquaculture cumple sobradamente, ya que el presupuesto previsto para la construcción de la nave supera los 1,96 millones y su puesta en marcha conllevará la creación de 17 empleos (además de otros 60 durante la ejecución de sus obras), de acuerdo con las previsiones iniciales.
Según el proyecto, la futura piscifactoría tendría una capacidad de producción de 500 toneladas de seriola anuales en cuatro cosechas destinadas fundamentalmente a la exportación. En concreto, salvo un pequeño margen que se destinará al mercado interior, cerca del 95% del pescado se pretende vender en Japón, como avanzó este diario.