Carlos Mazón, candidato del PP a la Generalitat, bramó el otro día contra los "gastos políticos", en alusión al exceso de cargos públicos y de asesores, y en alusión también a determinadas adquisiciones que ha ejecutado la Administración autonómica, Ximo Puig, como la compra de las tres sedes de Correos de las tres capitales de provincia y de la de Elche. Lo hizo en un encuentro/entrevista en Valéncia con varios periodistas y colaboradores de Plaza. Una operación multi-millonaria para sanear las cuentas de Correos, una compañía estatal con graves problemas de viabilidad financiera. "Gastos políticos". La Generalitat al rescate del Estado, paradoja extrema si se introduce la infrafinanciación de la Comunidad.
Pero va y resulta que la Diputación de Alicante, presidida por nuestro protagonista, está a punto de liberar una partida de 6,7 millones de euros para adquirir un inmueble en el centro de Elche, posiblemente la sede de la Fundación CAM, en plena Glorieta, como sede de la institución provincial. Si comprar las sedes de una empresa estatal es gasto político, ¿que és crear una especie de embajada de la Diputación de Alicante en una ciudad que está a veinte minutos de autovía? Como si la Diputación fuera un Virreynato, y Elche una exótica colonia. Mejor, un condado. Es el ejemplo perfecto de cómo agrandar la burocracia hasta límites exponenciales. Tengo el barrunto de que esto quedará en agua de borrajas. De igual modo que tengo la convicción de que es mucho más importante que se desbloquee el Palacio de Congresos de Elche, proyecto en el que la Diputación ha entrado a saco aunque luego se ha empantanado en la burocracia de pedir al Ayuntamiento informes y tasaciones del solar escogido, enfrente de la Universidad y en plena Avenida de la Libertad (tramo Ferrocarril).
Nunca la Diputación, una institución menor que baraja menos presupuesto que el Ayuntamiento de Alicante, había estado tan omnipresente en Elche, y en otras partes. Los motivos son obvios: hay que respaldar al soldado Ryan, Pablo Ruz, para que se convierta en alcalde dentro de una semana, en compañía tóxica de Vox (aunque a mí lo que me quita el sueño de verdad es que Erdogán, la pesadilla euro-asiática, vuelva a ganar las elecciones; o que Bashar al Assad sea readmitido en la Liga Árabe como un héroe). Mazón ha usado la Diputación de trampolín, y en su derecho está, en su carrera hacia la Generalitat. Aún a riesgo de contradicciones como la de la "embajada" que al final justifican con la excusa de usos culturales, como una especie de sub-sede del Instituto de Cultura Juan Gil-Albert. Bueno... pulpo animal de compañía. Nos sale la subsede a cojón de pato. Dos millones más que lo que costaría la compra del cine Ideal en Alicante.