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ANÁLISISap - la aprobación de los presupuestos desvela cartas

La Diputación de Alicante, vista para sentencia: de las opciones de la izquierda a un PP sin Sepulcre

ALICANTE. Una de las grandes batallas electorales que se va a librar en mayo de 2019 es la Diputación de Alicante. La izquierda, pese a lo sucedido en Andalucía, se ve con posibilidades de poner fin a la etapa de 24 años de gobiernos ininterrumpidos del PP. Los populares, en cambio, se ven como los únicos garantes de la defensa de la identidad de la provincia y no quiere ver ni de cerca la posibilidad de que Compromís forme parte del futuro Gobierno de la institución. El PSPV ha vuelto a mostrar su lado más pactista, incluso, hacia el propio PP, pero su ofrecimiento ha sido respondido con un portazo.

En definitiva, la aprobación de los presupuestos de la institución provincial para 2019, con los votos del PP y del tránsfuga Fernando Sepulcre (ex Ciudadanos), han puesto las cartas de cada partido sobre la mesa, en una sesión en la que la corrupción, con el caso del alcalde de Crevillent, César Augusto Asencio, y la posible irrupción de Vox se han colado de tapadillo, como invitados inesperados. 

El PP sólo ante el Botànic: ¿qué hará cuando no esté Fernando Sepulcre?

El debate ha puesto en evidencia que el PP, en estos momento, no tiene aliados. Fernando Sepulcre les ha sacado las castañas durante cuatro años, pero ¿qué pasará en el futuro? Como era de prever, los populares han echado pestes de Compromís y de Esquerra Unida y han declinado un posible ofrecimiento del PSPV, que ha presentado una enmienda a los presupuestos, pero que ha sido rechazado por el Gabinete de César Sánchez por el mero hecho de haberla presentada 5 minutos antes de comenzar la sesión. Eso se lo ha afeado todo el arco parlamentario: el PP no ha querido ir más allá del voto de Sepulcre.

Más bien, ha intentado el PP presentar a los partidos del Botànic como el gran enemigo de la Diputación de Alicante y sus constantes decretos para controlar el presupuesto de la institución o para cercenar la personalidad de la provincia (plurilingüismo, turismo, etc). Pero mientras César Sánchez ha ejercido el papel de mediador, el portavoz, Carlos Castillo, ha sido especialmente duro con Compromís por no haber presentado ninguna enmienda a las cuentas: "Han venido a reventar esta institución, y no a hacer una oposición constructiva en esta Diputación. Su política se basa exclusivamente en cuestionar la dignidad de los demás".

En un futuro, todo hace indicar que Ciudadanos volverá a la corporación (su representación la ejerce el tránsfuga Sepulcre) y lo más probable es que alcance un acuerdo con el PP. Pero no todo será tan fácil como en este mandato con Sepulcre como socio, el diputado 16, como le han recordado a César Sánchez desde los bancos de la oposición. El PP se sigue erigiendo como el guardián de la Diputación, pero no acaba de asumir que no podrá gobernar solo. Esa es la gran incógnita.

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