MADRID. La Dama de Elche duerme en el Museo Arqueológico Nacional (MAN), en Madrid (pese a los esfuerzos por hacer de Elche su casa o, al menos, su segunda residencia). En la capital, la icónica figura ilicitana comparte habitación con otras compañeras íberas... y algunas que dicen serlo. Su roomie (compañera de cuarto) más curiosa es la dama ofrente, una falsificación en piedra caliza también descubierta a finales del siglo XIX.
Su creador fue un relojero de Yecla, que quiso colar esta figura fake como una pieza original. Pero al artesano del tiempo se le fue la mano con los detalles: creó nuevos añadidos de tipo astral o religiosos, alejados del estilo de escultura de la época íbera. Como el refrán, el más tonto hace relojes. Y no fue la única falsificación que se denunció a principios del siglo XX.