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La conquista a nado de los océanos

  • Jorge Crivillés. Fotografías de Rafa Molina

ALICANTE. De «ir a la boya y vuelvo» a rodear la isla de Manhattan, nadar dieciocho horas por el canal del Molokai o enfrentarse a olas de cuatro metros en el mar del Norte. Una molesta protuberancia —que terminó en hernia de disco— tiene la culpa de que hace nueve años Jorge Crivillés se tirara a la piscina primero y, al poco, decidiera beberse el mar. Ganador de la Triple Corona —el reconocimiento que reciben los nadadores que han conseguido dar la vuelta a nado a la isla de Manhattan, cruzar el californiano canal de Santa Catalina y atravesar el de la Mancha—, este publicista alicantino de 48 años de edad persigue ahora completar el desafío de los Siete Mares o los Siete Océanos, la versión marítima del de las Siete Cumbres.

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Le queda poco para conseguirlo, después de que en octubre lograra cruzar el estrecho de Gibraltar, el sexto de los siete desafíos. No era la primera vez que lo lograba. Y es que precisamente los casi quince kilómetros de mar que separan Europa de África fueron una de las primeras grandes distancias que cubrió a nado. Eso sí, entonces lo hizo junto a muchos de los que ya son sus amigos en el club CR7, mientras que hace unas semanas tuvo que enfrentarse solo a este reto al que estuvieron a punto de poner fin antes de tiempo los gendarmes marroquíes que le salieron al paso en su patrullera a pedirle la documentación.

— ¿Así que la culpa la tuvo el médico?

— Sí, el traumatólogo Rafael Jordá.

— ¿No nadabas antes?

— Salvo una vez que mi madre me llevó a que Luis Asensi me viera cómo nadaba, cuando yo todavía era un niño, no había hecho nunca nada de esto. Yo practiqué kárate durante la adolescencia y después hice algo de deportes al aire libre como bicicleta, running o voleibol, pero natación no.

— No me dejes así, ¿qué dijo Asensi?

— Pues que apuntaba maneras. Precisamente se lo comenté a su hijo no hace mucho. El problema es que entonces era complicado para mí compaginarlo. 

— Ahora no sé si tendrás mucho o poco tiempo, pero con esas palizas que te pegas…

— Exige sacrificios, especialmente a nivel personal y familiar, pero nadar se ha convertido en estos años en una parte esencial de mi vida de la que ya no puedo pasar sin ella. No busco marcas, me limito a disfrutar de lo que hago.

— Estos retos tienen un trasfondo solidario, ¿no?

— Sí. No solo es deporte o superación personal, también es solidaridad. Desde el principio, y junto a los compañeros del CR7, he colaborado con la Asociación de Pacientes de Linfoma, Mieloma, Leucemia y Síndromes Mieloproliferativos (AEAL), que vela por los derechos del paciente de cáncer hematológico y le da apoyo a él, pero también a su entorno. Desde hace cuatro años unimos fuerzas también con la Fundación Asisa. Su apoyo, el respaldo de mi empresa, el grupo Takeda, todo ayuda.

— ¿Supongo que te habrás operado de la hernia?

— No (risas).

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