ALICANTE. La Comunitat Valenciana cerró 2024 con un hito histórico en su ecosistema emprendedor. Y es que, nunca antes tantas personas habían manifestado la intención de poner en marcha un negocio en los próximos tres años (16,4%). El Informe GEM 2024-2025, elaborado por la Universidad Miguel Hernández de Elche, refleja un escenario de contrastes. Por un lado, una sociedad más inclinada hacia el emprendimiento, con iniciativas cada vez más digitales y sostenibles; por otro, una caída en la autoconfianza de quienes desean emprender y un entorno que sigue arrastrando lastres en financiación, burocracia y educación.

Una cultura emprendedora que se consolida

El ecosistema emprendedor de la Comunitat ha mostrado en 2024 señales claras de madurez. Casi un tercio de la población (29,6%) percibe buenas oportunidades de negocio en el corto plazo, aunque desciende respecto a 2023. El gran salto lo da la intención de emprender, que alcanza el 16,4% de la población adulta, el registro más alto en toda la serie histórica.

Sin embargo, solo el 40,5% de los valencianos considera tener los conocimientos y habilidades necesarios para hacerlo, un dato inesperadamente bajo en comparación con 2023 (52,5%). También aumenta el miedo al fracaso hasta el 50,6%, lo que confirma una paradoja: se quiere emprender más que nunca, pero con menos confianza en las propias capacidades.

La red de apoyo se mantiene como pilar. Casi la mitad de la población (49,4%) conoce a alguien cercano que ha emprendido, un factor que multiplica referentes y contagia experiencias.

Las empresas consolidadas alcanzan el 7,1%, la cifra más alta de la última década

La Tasa de Actividad Emprendedora (TEA), que mide iniciativas de hasta 42 meses de vida, llega al 8,2%, con una tendencia estable tras años de crecimiento. Paralelamente, las empresas consolidadas (más de 3,5 años en el mercado) alcanzan el 7,1%, máximo en la última década, lo que demuestra que las iniciativas no solo nacen, también sobreviven.

La motivación cambia: por primera vez, emprender para generar impacto social o marcar una diferencia en la sociedad (45,9%) supera a la motivación por necesidad (45,5%).

El abandono de proyectos se sitúa en el 2,8%, aunque en cuatro de cada diez casos se trata de traspasos, lo que reduce la tasa real de cierres al 1,6%.

¿Quién emprende en la Comunitat Valenciana?

El perfil medio del emprendedor valenciano sigue siendo masculino (52,4%) y con 42,4 años de edad media, aunque con creciente diversificación. En formación, destaca que un 32,9% tiene estudios universitarios y casi el 90% cuenta con formación específica en emprendimiento, confirmando la apuesta por la capacitación.

Además, la terciarización continúa: un 83,5% de los nuevos proyectos se concentran en servicios, sobre todo al consumidor (52,5%) y a empresas (31%). Además, el 79,4% de las iniciativas se crean en solitario, dato récord en la serie histórica. En empleo, el 93% de los proyectos generan un máximo de cinco puestos, y la mitad no contrata más allá del propio emprendedor.

Pese a su tamaño, el emprendimiento de la Comunitat Valenciana muestra vocación internacional. Y es que, un 16,9% de las nuevas iniciativas exporta más del 25% de sus ventas.

La digitalización es ya transversal, porque un 50,8% dispone de comercio electrónico y uno de cada cuatro emprendedores ve la inteligencia artificial como estratégica en presente y futuro. El 63,3% planea intensificar el uso de tecnología digital en los próximos años. En este sentido, la sostenibilidad gana peso, con un 31,5% que prioriza criterios sociales o medioambientales en su estrategia y la mitad que aplica medidas para reducir impacto ecológico.

Los retos del entorno

El panel de expertos vuelve a señalar debilidades estructurales. Aunque el acceso a infraestructuras físicas y programas públicos de apoyo se valora positivamente (por encima del 5 sobre 10), las mayores carencias se concentran en la financiación, con una dificultad de acceso y falta de suficiencia (3,6 sobre 10). La burocracia y fiscalidad es lenta y poco favorable, según el panel (4,0 sobre 10). Asimismo, la educación emprendedora en etapas tempranas tiene el peor indicador, con un 3,1.

El 63% prevé intensificar su uso de tecnología y un 31,5% prioriza el impacto social o medioambiental

El índice NECI, que resume las condiciones del entorno, baja a 4,5 (desde 4,7 en 2022 y 2023), aunque sigue por encima de la media nacional (4,3).

Eln conclusión, el emprendimiento en la Comunitat Valenciana vive un momento crucial en el que más personas que nunca quieren emprender, las empresas consolidadas crecen y los proyectos son cada vez más digitales, sostenibles e internacionalizados. Sin embargo, la caída de la autoconfianza, la falta de financiación y las deficiencias en educación y burocracia dibujan un entorno desigual que puede frenar este impulso. Según este informe, el reto ahora no es solo mantener la vitalidad emprendedora, sino convertirla en un motor de transformación económica y social sostenible, con políticas que refuercen la confianza, el acceso a recursos y la igualdad territorial en todo el ecosistema.