BENIDORM. Alzar un nuevo rascacielos en primera línea de playa de Poniente implica eliminar un inmueble ya asentado por la falta de espacios libres. Es el caso del nuevo proyecto de Goya Real Estate: Gran Delfín. El edificio, que combinará estancias de hotel con el residencial, estará ubicado donde ahora se sitúa el icónico hotel Delfín. Su derribo conlleva el final de uno de los edificios más reconocidos de la zona, sobre todo, por su mural de la fachada que da a la calle Santander. Ahora, la empresa se ha comprometido a mantener viva esta imagen.
Como ha venido contando este diario, la promotora que lidera el alicantino Sergio Vidal transformará el skyline de Benidorm. Un rascacielos de 158 metros de altura y 44 plantas. Goya no es nueva en la Cala, fueron los encargados de construir el Delfin Tower, situado justo al lado del nuevo proyecto. Con esta nueva promoción deja de lado la edificación horizontal para dar paso a un nuevo hito del vertical.
Otra de sus consecuencias es el futuro de la pintura, que se había convertido en un icono en la zona. La propia cantante Alaska se manifestó en redes sociales en contra de su desaparición. También lo hizo el PSOE, quien propuso que se declarara Bien de Relevancia Local con el fin de proteger la imagen de los cuarto delfines pintados en 1963 por el propietario del establecimiento, Felipe Pastor Gómez.
Conocido el derribo el año pasado, la empresa señaló a este diario que eran conscientes de la polémica suscitada pero no había evidencias de que ese mural estuviera protegido para su conservación. Tampoco mostraron una salida desde el gobierno local del PP, que advirtieron que al tratarse de una pintura directamente en la pared de la fachada, no se puede desligar de ella. E incluso aseguraron que habían tratado de buscar una forma de rescatarla junto a la compañía, pero no la encontraron.