VALÈNCIA. El valenciano Fer Sempere sabe perfectamente de qué pie cojean los de su profesión: ilustradores, diseñadores… “y modernos en su gran mayoría”, lo sabe todo porque forma parte del gremio. La prueba irrefutable de ello es que lleva gafas de pasta, tiene un Mac y ahora mismo está viviendo entre València y Barcelona, lugares en los que nacen y se desarrollan la mayoría de sus proyectos. Haberse mudado le ha ayudado a ver con perspectiva como “València tiene esas claves que se ven y reconocen en todos los lados”, hasta en las costas catalanas: “La Capitalidad del diseño nos ha hecho dejarnos ver a los valencianos tanto a nivel nacional como europeo”, y añade “desde Barcelona se comenta que València pisa fuerte”. La vida entre ambas ciudades le ha hecho distinguir qué es lo que compone a un diseñador, o como dirían los creativos a “detectar los insights de estos”.
Fer llegó a València, desde Banyeres de Mariola, para estudiar la carrera: Diseño y Tecnologías Creativas en la Universitat Politécnica, y recuerda que en su primera semana no “le cabía el HP en ninguna mochila”, y tuvo que apañárselas para encajar todos los paquetes de Adobe en su antiguo dispositivo. No parecía que sucediera lo mismo con sus compañeros, todos con un Mac ultra ligero y una tote bag monísima: “Es algo que impacta cuando llegas, todo el mundo va super preparado”, comenta, pero con el paso de los años la vida le hizo seguir el mismo camino: pasar de HP a Mac y ser incapaz de sobrevivir sin el iPhone. Observando esto fue aprendiendo, viviendo y retratando los elementos que componen al designer en su día a día: “Es algo que va influyendo en tu vida, al final si acabas siendo ilustrador o diseñador se te pegan ese tipo cosas”, explica. Su trabajo se centra, en gran parte, en la “queja” de la vida moderna, con dibujos que se realizan en un iPad (como no).