Escapadas

Escapada gourmet con vistas, música y sabor mediterráneo en Alicante

El Hotel Hospes Amérigo reúne gastronomía de autor, ambiente selecto y experiencias únicas en pleno corazón de la capital de la Costa Blanca

14 / 53
Suscríbe al canal de whatsapp

Suscríbete al canal de Whatsapp

Siempre al día de las últimas noticias

Suscríbe nuestro newsletter

Suscríbete nuestro newsletter

Siempre al día de las últimas noticias

ALICANTE. Hay lugares que no solo se visitan, sino que se viven. Lugares donde la comida sabe mejor, la música suena más cerca y el tiempo parece aliarse para que todo encaje en un mismo día perfecto.

Uno de esos rincones está en pleno corazón de Alicante: el Hotel Hospes Amérigo.

Aquí, entre muros que combinan la elegancia histórica con un diseño actual, la gastronomía es la auténtica protagonista.

Tres espacios —Restaurante y Barra Fondillón, Pasaje, Terraza Calle mayor  y el Rooftop— invitan a recorrer la ciudad a través de sus sabores, su ambiente y sus vistas. Y lo mejor es que cada momento del día tiene su plan.

Mediodías con sabor mediterráneo

El Restaurante Fondillón es una declaración de amor al producto local y a la cocina mediterránea. A mediodía, el Menú del Día Calle Mayor (18 €) es el aliado perfecto para quienes buscan comer bien sin prisas (o con ellas, pero sin renunciar a la calidad).

El Menú Ejecutivo (22 €) añade un toque más gourmet, ideal para una comida de trabajo o para sorprender a alguien especial.

Si la ocasión merece un paso más, el Menú Degustación es un viaje por los sabores de temporada, mientras que el Menú Arrocero (32 €) rinde homenaje a uno de los grandes orgullos alicantinos: el arroz, elaborado con mimo y el mejor producto de proximidad.

Los jueves, Fondillón se transforma en un pequeño tablao: flamenco en vivo que llena el ambiente de palmas, compás y emoción. Y los domingos, la cita imprescindible es el Sunday Brunch + Jazz (35 €), una experiencia donde los huevos benedict y la música suave convierten el mediodía en una pequeña fiesta.

Para un capricho a cualquier hora, la barra propone un Vermut & Gilda (6 €) que resume en un bocado la esencia del aperitivo mediterráneo.

 

El tardeo que sabe a verano todo el año

En el Pasaje, abierta a la luz y al latir de la ciudad, el tardeo es religión. La propuesta El Tardeo en Amérigo —3x2 en cerveza y tinto de verano— es la excusa perfecta para quedar con amigos, alargar la sobremesa o empezar una noche especial.

Todo sin perder de vista que estás en pleno centro, a un paso de la Explanada y de la vida alicantina más auténtica.

 

 

Atardeceres que quitan el aliento

Si hay un lugar en Alicante que sabe hacer justicia a la palabra “atardecer”, es el Rooftop del Amérigo.

Desde su azotea, la ciudad se dibuja bajo los últimos rayos de sol y el Castillo de Santa Bárbara parece aún más majestuoso.

 

Aquí, la carta de cócteles despliega desde clásicos impecables hasta creaciones de autor, con la propuesta Gin Tonic & Sunset como favorita indiscutible.

Y como si las vistas no fueran suficiente, las noches de viernes y sábado llegan acompañadas de piano en vivo, un detalle que convierte cualquier copa en un momento especial.

 

Una escapada que cabe en un día… o en dos

La magia del Amérigo está en que no necesitas buscar fuera lo que aquí se concentra: buena mesa, ambiente, música, luz y hospitalidad.

Puedes empezar con un almuerzo mediterráneo, seguir con un vermut en barra, dejar que la tarde te encuentre en la Terraza Pasaje y terminar la noche con un cóctel bajo las estrellas en el rooftop.

Si decides quedarte a dormir, el lujo se completa con sus habitaciones, su piscina con vistas y un desayuno que bien merece otro titular.

Y si vives en Alicante, te irás con la sensación de haber viajado sin salir de Alicante.

 

Más que un hotel, un punto de encuentro

El Hospes Amérigo es el lugar donde locales y viajeros se cruzan. Donde un vecino de Alicante puede improvisar un tardeo y un huésped extranjero descubrir que en la ciudad se come y se vive al ritmo del Mediterráneo.

Un espacio que, más que ofrecer planes, los provoca.

 

Porque, al final, de eso se trata: de escaparse unas horas y dejarse llevar. De brindar cuando el cielo se tiñe de dorado, de escuchar una voz flamenca que eriza la piel, de saborear un arroz que sabe a mar.

De sentir que, aunque mañana vuelvas a la rutina, hoy has estado de viaje.

 

Recibe toda la actualidad
Alicante Plaza

Recibe toda la actualidad de Alicante Plaza en tu correo