Aunque agosto se está portando un poco mejor de lo esperado y el calor ha bajado medio pistón, el cuerpo sigue pidiendo tregua. Y no hay nada como escaparse a donde el agua brota limpia, fría y natural.
Donde uno puede volver a bañarse como antes: sin azulejos, sin cloro y sin wifi. A la vera de un río, en una poza escondida, bajo una cascada que parece arrancada de un cuento y con leyendas para subir el 'aura' del lugar. Y sí, en Alicante también tenemos de eso.
Aquí va una selección de rincones donde refrescarse, olvidarse del asfalto y reencontrarse con ese placer casi salvaje de nadar entre montañas:

Les Fonts de l’Algar (Callosa d’en Sarrià)
Un clásico que nunca pasa de moda. A solo tres kilómetros del centro de Callosa d’en Sarrià, este paraíso fluvial es un espectáculo de cascadas, pozas y vegetación que abraza cada recodo del río.
El recorrido, de 1,5 km, discurre por pasarelas y senderos que permiten ver el agua caer con fuerza incluso en pleno agosto. Al ser un espacio protegido, el baño está regulado, pero esa misma protección es la que mantiene el lugar en perfecto estado.
Entre semana, la experiencia es mucho más tranquila, con la banda sonora de los saltos de agua y las risas de quienes se animan a sumergirse.

Salt de Bolulla
A un paso de Callosa, escondida entre campos de naranjos y bancales, aparece esta cascada que parece sacada de una postal de montaña. El Salt de Bolulla forma una poza amplia y profunda, perfecta para un baño rápido (o largo, si el cuerpo aguanta el frescor del agua).
El acceso no está señalizado de forma oficial, pero los vecinos conocen bien el camino, que no exige grandes esfuerzos. Es un rincón menos masificado que Les Fonts, y eso le da un encanto especial: aquí manda el silencio, roto solo por el golpe constante del agua contra la roca.

Barranc de l’Encantada – Gorg del Salt (Planes)
Su nombre ya lo dice todo: este barranco esconde un rincón encantador. La cascada del Gorg del Salt cae desde varios metros de altura sobre una piscina natural de aguas limpias y frías.
El acceso es fácil y, en apenas unos minutos desde el aparcamiento, se llega a esta joya natural. Siguiendo el curso del río, se descubren otras pequeñas pozas y rincones donde el baño es posible. Es un plan perfecto para media jornada, con tiempo para improvisar un picnic bajo los árboles.

Racó de Sant Bonaventura (Alcoi)
En el cauce del río Polop, este paraje combina sombra, agua y áreas acondicionadas para pasar el día. Varias pozas se intercalan con pequeños saltos de agua, y los puentes de madera y la vegetación de ribera crean un ambiente fresco incluso en las horas más calurosas.
El Racó es ideal para familias: cuenta con mesas, zona de juegos y accesos cómodos. Además, la ruta que lo conecta con el paraje de Els Canalons ofrece más oportunidades de mojarse los pies y explorar.
Molí de l’Ombria (Banyeres de Mariola)
A orillas del río Vinalopó, este área recreativa combina historia y naturaleza. El antiguo molino, restaurado, recuerda el pasado industrial de la zona, mientras que la poza habilitada junto a él invita al baño. Las mesas de picnic y la sombra de los pinos convierten el Molí en un lugar ideal para pasar el día completo.
Más allá de la zona señalizada, el cauce sigue su camino entre rocas y pequeñas cascadas, aunque el baño solo está permitido en el área recreativa para preservar el entorno.

Font Major (Sella)
Dentro de la ruta del agua de Sella se esconde esta balsa de riego que, en años de lluvias generosas, se convierte en una auténtica piscina natural. El agua fresca, las paredes de piedra y los canales antiguos dan un aire rural y auténtico a la experiencia.
Aunque no es un lugar muy conocido fuera de la comarca, los vecinos lo cuidan con mimo. Visitarlo es también una oportunidad para recorrer Sella y disfrutar de sus vistas a la sierra de Aitana.

Nacimiento del río Vinalopó (Banyeres / Bocairent)
En este punto, el río Vinalopó da sus primeros pasos. El manantial, rodeado de pasarelas de madera y zonas de sombra, es un lugar perfecto para un paseo pausado y un chapuzón improvisado en las zonas más tranquilas.
No es un enclave pensado para nadar largas distancias, pero sí para disfrutar del frescor y del murmullo constante del agua. A pocos minutos, el casco histórico de Banyeres ofrece bares y terrazas para completar la excursión.

Riu Bullent (Pego)
En pleno Parque Natural de la Marjal de Pego-Oliva, el Riu Bullent es un curso de agua cristalina que, incluso en agosto, mantiene una temperatura sorprendentemente fresca.
Sus orillas son amplias en algunos tramos, lo que permite instalarse cómodamente y pasar la jornada entre chapuzones y descanso. El entorno, protegido, está lleno de vida: aves acuáticas, vegetación típica de marjal y un silencio que invita a bajar el ritmo.
Y el río no solo refresca, también late en el ámbito social y festivo. Cada año, el sábado anterior al Carnaval, se celebra la Baixada del Riu Bullent, una divertida competición popular donde vecinos y visitantes descienden el cauce en embarcaciones artesanales, disfrazados y con premio a la originalidad, al reciclaje y al reciclaje del agua.
Esta fiesta, que nació en 1986 como una excusa para limpiar el río y reivindicarlo, es ya seña de identidad local.

Bonus | Font Salada / Ullal del Burro
A pocos minutos del riu Bullent, ya en término de Oliva (Valencia), se encuentra la Font Salada, una laguna de aguas templadas que se mantiene todo el año entre los 23 y 25 grados gracias a un manantial natural. Según la tradición, sus aguas tienen propiedades beneficiosas para la piel. Y como toque curioso, los vecinos de Pego la llaman l’Ullal del Burro, por una leyenda que cuenta que un burro enfermo sanó tras bañarse durante días en estas aguas.

- Foto: Luis Botella.
Bonus II | Pou de l’Estany Clar (Bocairent)
Aunque Bocairent pertenece administrativamente a Valencia, este rincón está tan próximo a la provincia de Alicante que merece la escapada. El Pou de l’Estany Clar es un manantial que forma una poza de aguas cristalinas rodeada de vegetación.
El nombre no engaña: el agua es clara como un espejo y sorprendentemente fría incluso en los días más calurosos. El entorno invita a pasar la tarde: se puede combinar con un paseo por el casco histórico de Bocairent o con alguna ruta corta por la Sierra de Mariola.
Consejos para disfrutar de estos parajes
Madrugar es clave, para evitar el calor fuerte y encontrar menor gentío. También conviene llevar calzado cómodo: muchos accesos incluyen tramos de piedra o tierra.
Igualmente, no hay opción en cuanto a respetar el entorno: son espacios naturales,por lo que sí o sí, hay que llevarse los desperdicios que se generen. No está de más informarse y planificar la visita, pues en algunos parajes el baño está regulado o prohibido fuera de zonas habilitadas. Y ojo con las zambullidas donde no esté clara la profundidad.
La provincia que se refresca por dentro
Más allá de sus playas, Alicante guarda rincones donde el agua y la montaña se encuentran para dar un respiro al verano. Cascadas que parecen sacadas de otro país, pozas que despiertan los sentidos y manantiales que cuentan historias antiguas.
Solo hace falta un día libre, una mochila ligera… y ganas de dejarse llevar por el frescor.
