ELDA. La teleco eldense Finetwork se embarca en su venta más que probable y, con ella, podría quedar diluida su vinculación con la provincia de Alicante. La firma de telecomunicaciones con sede en Elda ha alcanzado un principio de acuerdo con el fondo madrileño Asterion Industrial Partners para su adquisición, en una operación que superaría los 310 millones de euros e incluiría la asunción de una deuda de unos 100 millones. Este movimiento, de concretarse, marcaría el fin de la etapa de Finetwork como empresa de sello alicantino -al menos, como hasta ahora se conoce-, al pasar a manos de un fondo con sede y estructura en Madrid.

La empresa, fundada en 2015 y que trasladó su sede desde Villena a Elda en 2021, atraviesa actualmente un proceso de reestructuración tras solicitar formalmente el preconcurso de acreedores a finales de mayo. Finetwork, que opera bajo la matriz Wewi Mobile, enfrenta una deuda judicializada con Vodafone España, su proveedor de red mayorista, que supera las "varias decenas de millones" de euros y representa más del 50% de su pasivo total. Esta situación ha derivado en la intervención del Juzgado de lo Mercantil número 1 de Alicante, que designó a FTI & Partners como expertos independientes para articular un plan de viabilidad.

En ese contexto, la entrada del fondo Asterion se contempla como una solución a la situación concursal. Según confirman fuentes conocedoras del proceso, el fondo habría trasladado su interés firme en adquirir el 100% del capital de Finetwork. La operación incluye la asunción de la deuda existente, lo que convertiría la transacción en una de las más relevantes del sector de telecomunicaciones en España en lo que va de 2025. Aunque las cifras todavía están en fase de ajuste, las estimaciones oscilan entre 200 y 310 millones de euros.

Adiós al vínculo eldense tal y como se conoce

La posible entrada de Asterion en el capital de Finetwork implicaría una pérdida simbólica y operativa del vínculo territorial con la ciudad de Elda. La compañía había instalado allí su sede en 2021, concretamente en el polígono industrial Finca Lacy, tras abandonar su anterior ubicación en Villena. La mudanza respondía, según sus directivos explicaban entonces, a la necesidad de contar con instalaciones más amplias, modernas y adaptadas a su crecimiento. En ese momento, trabajaban en las nuevas oficinas unas 150 personas distribuidas entre atención al cliente, administración, sistemas, recursos humanos y business intelligence. Solo las áreas de marketing y ventas se ubicaban entre Madrid y otros puntos clave.

Desde su instalación en Elda, Finetwork se consolidó como uno de los proyectos empresariales más ambiciosos de la provincia, alcanzando un millón de clientes y figurando entre las principales operadoras virtuales del país. Su crecimiento fue destacado incluso por medios nacionales, que la incluyeron en listas de "empresas gacela" por su rápido incremento de base de usuarios. Sin embargo, los últimos meses han estado marcados por tensiones financieras, bajas en la cúpula y disputas judiciales.

Un fondo madrileño con ambición en telecomunicaciones

Asterion Industrial Partners, el fondo que se perfila como nuevo propietario de Finetwork, tiene sede en Madrid y fue fundado en 2018 por varios exdirectivos de KKR, entre ellos Jesús Olmos (actual CEO), Winnie Wutte y Guido Mitrani. Asterion cuenta con una estrategia de inversión centrada en infraestructuras, y recientemente creó un fondo de coinversión de 150 millones para ampliar su capacidad operativa. Su interés en Finetwork responde a la oportunidad de irrumpir en el negocio minorista de telecomunicaciones, aprovechando la situación de vulnerabilidad de la firma alicantina.

Según recoge elEconomista, la primera oferta de Asterion habría sido simbólica -un euro, asumiendo la deuda-, aunque en las últimas semanas la operación se ha redefinido para alcanzar una cifra superior a los 310 millones. En paralelo, Vodafone también presentó una propuesta, por 175 millones, que no prosperó. De cerrarse finalmente la operación con Asterion, esta evitaría que los acreedores puedan solicitar la absorción judicial de la empresa.

Movimientos en el consejo y en la estructura

La reconfiguración del accionariado ha ido acompañada de cambios relevantes en la estructura de gobierno de la compañía. A finales de mayo, Alfredo Pérez, fundador del fondo Kai Capital, abandonó su puesto en el consejo de administración de Finetwork. Pérez había entrado en el capital en 2024 mediante una doble operación: una ampliación directa de capital por 10 millones de euros y un préstamo convertible del mismo importe. Su salida se produjo menos de un año después de ese respaldo financiero, en un momento clave del proceso concursal.

Además, desde la salida de su anterior CEO, Óscar Vilda, en diciembre de 2024, la empresa opera mediante un comité de transición compuesto por Pascual Pérez (fundador y presidente), Manuel Hernández (director de Negocio) y Carlos Valero (director de Tecnología). También se han producido otras salidas relevantes, como la de Teresa Rivera, responsable de marca y comunicación, quien lideró campañas de alto impacto mediático con embajadores como Fernando Alonso y Joaquín.

Un futuro por definir

La resolución del proceso concursal y la concreción del acuerdo con Asterion marcarán el futuro inmediato de Finetwork. La operación plantea interrogantes no solo sobre la continuidad del modelo empresarial, sino también sobre la permanencia de la actividad en la provincia de Alicante. Por el momento, no hay confirmación oficial sobre si la sede de Elda se mantendría como centro operativo o si se trasladaría parte o la totalidad de las funciones a otras localizaciones.

En paralelo, continúa la fase de negociaciones con los acreedores. El periodo preconcursal otorga seis meses para alcanzar acuerdos que garanticen la viabilidad de la empresa sin incurrir en procesos judiciales adicionales. La clave estará en el plan de reestructuración que elabore FTI & Partners y en su aprobación judicial, que debe validar su ejecución.

Finetwork, en su momento una de las enseñas emergentes del ecosistema tecnológico de Alicante, se enfrenta ahora a una posible transformación de calado que podría implicar su integración en una estructura de inversión alejada de su origen geográfico. La evolución de las próximas semanas determinará si Elda sigue siendo el centro de operaciones de la compañía o si se produce un cambio de etapa y de territorio.