ALICANTE. El calzado concentra más de una cuarta parte del negocio exportador alicantino en Estados Unidos. Entre enero y mayo de 2025, las exportaciones de este sector al mercado estadounidense se mantuvieron estables respecto al año anterior, con un volumen de 46 millones de euros, según el informe elaborado por Cámara Alicante. Esta estabilidad convierte al calzado, por el momento, en un baluarte dentro del contexto general de zozobra por los aranceles que Trump ha forzado a la Unión Europea (un 15%) y que son incluso peores en otras zonas del mundo.

Aterrizando el dato a la provincia de Alicante, tras el acuerdo comercial anunciado entre la Unión Europea y Estados Unidos, Cámara Alicante ha publicado su segundo informe sobre la 'Incidencia de la nueva política arancelaria de Estados Unidos en la economía alicantina', elaborado por el Gabinete de Estudios de la entidad cameral. El informe incluye un anexo del comercio exterior de la provincia de Alicante con Estados Unidos con datos de un informe de mayo 2025. 

Durante los cinco primeros meses del año, las exportaciones totales de Alicante a Estados Unidos retrocedieron un 3,7% interanual, hasta los 174,5 millones de euros. Solo en mayo, las ventas descendieron un 16,2% respecto al mismo mes de 2024, con un total de 36 millones. Esta evolución negativa hacia el país estadounidense contrasta, no obstante, con el comportamiento global del comercio exterior alicantino, que creció un 6,9% en el acumulado del año, lo que pone de relieve el impacto diferencial de la amenaza de la política arancelaria estadounidense sobre los productos alicantinos.

Junto al calzado, que se mantiene, varios sectores relevantes han experimentado caídas significativas hacia el país que dirige Donald Trump. La alimentación y bebidas ha pasado de exportar 37,5 millones en 2024 a 29 millones en 2025. Los productos hortofrutícolas también se han visto afectados, con una bajada de 30 a 19 millones. Otros productos agrícolas y los químicos han registrado igualmente ligeros descensos.

En cambio, algunos sectores han logrado crecer. La maquinaria y material eléctrico y electrónico ha duplicado su volumen de exportación a EE.UU., pasando de 9 a 19 millones de euros. La minería no metálica ha alcanzado los 14 millones y el sector de automoción ha sumado 5 millones, mejorando sus cifras respecto al mismo periodo del año anterior.

El informe detalla también las principales partidas exportadas durante el mes de mayo. El calzado de cuero con suela de caucho o plástico lidera con 7,6 millones de euros, seguido por las baldosas cerámicas (4 millones), jugos de frutas y hortalizas (2,9 millones), maquinaria agrícola (2,7 millones) y cebollas, ajos y aliáceas frescas (2,1 millones).

Las importaciones alicantinas desde Estados Unidos suben un 45,9%

En el apartado de importaciones, los datos reflejan un aumento significativo. Las compras alicantinas desde Estados Unidos subieron un 45,9% en el acumulado hasta mayo, alcanzando los 190,4 millones de euros. Solo en mayo, las importaciones crecieron un 35,3%. De ese total, el 66% corresponde a productos hortofrutícolas, fundamentalmente frutos secos como la almendra, que representa el 91% del valor de esa categoría.

Otras importaciones destacadas incluyen sangre humana y productos inmunológicos (2,7 millones), partes de aeronaves y helicópteros (2,4 millones), y volúmenes crecientes de titanio, medicamentos, maquinaria especializada y aparatos médicos.

En el contexto autonómico, la provincia de Alicante representa el 16% de las exportaciones de la Comunitat Valenciana a Estados Unidos en 2024. Valencia lidera con un 49%, seguida de Castellón con un 35%. El reparto sectorial muestra una alta concentración: Valencia destaca por sus exportaciones de convertidores eléctricos y Castellón por las baldosas cerámicas (47%) y el biodiésel (28%). Mientras, respecto a las importaciones, Alicante supone el 15% del total en la Comunitat Valenciana, por debajo del 19% de Castellón y el 67% de Valencia. En esta última predominan los sectores de maquinaria, automoción y productos hortofrutícolas.

Posibles efectos de la tasa arancelaria del 15% 

El informe de la entidad cameral alicantina analiza también los posibles efectos del nuevo marco arancelario. Señala que el impacto directo dependerá de factores como la elasticidad-precio, la exposición sectorial y la capacidad de las empresas alicantinas para desviar sus ventas a otros destinos. Aunque el impacto global se considera limitado, hay sectores con mayor vulnerabilidad.

En concreto, el 11,2% de las exportaciones del calzado alicantino van a Estados Unidos. Para la alimentación, bebidas y minerales no metálicos, el peso de este mercado es del 14%. El material de transporte es el más dependiente en términos relativos, con un 20% de sus exportaciones orientadas a EEUU, pese a su menor peso dentro del conjunto provincial.

Más allá del efecto directo, el informe advierte de impactos indirectos. Estados Unidos es el principal destino exportador de Alemania y el tercero de Francia, dos economías clave para la cadena de suministro europea en la que se integran productos alicantinos. Una contracción de estos mercados podría repercutir en las ventas locales.

El menor crecimiento económico previsto para la zona euro también representa un riesgo, dado que el 53% de las exportaciones alicantinas tiene como destino la Unión Europea. A este escenario se suman mayores niveles de incertidumbre empresarial, que pueden provocar aplazamientos en decisiones de inversión, así como una reorientación comercial para esquivar los efectos de los aranceles.

Por último, el informe apunta a un riesgo adicional: la entrada en el mercado europeo de productos chinos de bajo coste que ya no pueden acceder a Estados Unidos por los aranceles allí aplicados. Esta redirección comercial puede ejercer una presión a la baja sobre los precios, especialmente en sectores como el textil, el calzado y el consumo doméstico, con potencial impacto sobre las empresas alicantinas.

Todo esto ocurre en un contexto internacional marcado por la incertidumbre. La administración estadounidense ha adoptado una política más proteccionista que culminó el 27 de julio con un acuerdo con la Unión Europea que impone un arancel general del 15% a las exportaciones europeas. Además, se mantienen aranceles del 50% para productos como el acero, aluminio y cobre. A cambio, la UE ha acordado realizar compras anuales de energía estadounidense por valor de 250.000 millones de dólares.

En respuesta, la Unión Europea ha activado una cláusula de escape fiscal y lanzado iniciativas como el programa REARM UE (150.000 millones de euros en préstamos conjuntos) y un Fondo Especial de Infraestructuras para reforzar su autonomía estratégica. Las previsiones de crecimiento se han revisado a la baja tanto en EE.UU. como en la eurozona y en España, que espera cerrar el año con un avance del 2,4% del PIB. El euro se ha apreciado frente al dólar, impulsado por la estabilidad monetaria europea y el deterioro de la balanza comercial estadounidense. Los precios del petróleo y el gas han oscilado por las tensiones en Oriente Medio y los anuncios de producción de la OPEP+.