GATA DE GORGOS. La empresa Transportes García Soler, de Gata de Gorgos, presentó el concurso de acreedores el pasado mes de febrero y con él, inició el proceso de liquidación de la sociedad, que llegó a convertirse en una de los principales transportistas de frío de las cadenas de distribución de la Comunitat Valenciana. Este mes, se ha presentado el informe del administrador concursal que detalla las razones que llevaron a la firma de Gata a tener que presentar tan drástica medida y a cesar la actividad.
La primera idea que se refleja en ese informe es la delicada situación económica de la empresa, desde 2023. Es más, el informe detalla que Transportes García Soler ya presentaba un desequilibrio patrimonial al 31 de diciembre de 2022. En lo que respecta a la cuenta de pérdidas y ganancias, destaca la evolución de la cifra de negocio: en 2022 la facturación ronda los 1,93 millones de euros; desde entonces, la cifra de negocio no ha hecho más que descender, cayendo en 2024 un 44% con respecto a dicho ejercicio 2022. Y en el ejercicio 2025 la sociedad ya no facturó importe alguno. Según el administrador, tras el análisis de las principales ratios económico-financieras en los últimos cinco ejercicios, "es evidente que el negocio, que parece no haber sido nunca excesivamente rentable, empeoró significativamente, especialmente a partir de 2023, y en apenas tres ejercicios ha acumulado unas pérdidas cercanas a los 775.000 euros".
De acuerdo con el mismo análisis, la caída de la facturación ha sido drástica: de casi dos millones de euros en 2022, a poco más de un millón en 2024 y cero ingresos en el primer trimestre de 2025. Este desplome ha provocado impagos a proveedores, empleados y entidades financieras. De hecho, la totalidad de la plantilla fue despedida tras un expediente de regulación de empleo (ERE) con efectos al 31 de enero de este año. El informe también revela irregularidades contables, como bajas no justificadas de inmovilizado por valor de cientos de miles de euros, que agravaron la sensación de opacidad financiera.
Con este contexto, se detallan las razones que llevaron a García Soler a presentar el concurso, que se centran en estas razones: la cancelación de encargos de un cliente importante, por el que se había realizado una importante inversión en inmovilizado (flota de camiones); el aumento de precios en el combustible y materiales para el mantenimiento de la flota; el sobreendeudamiento de la compañía; inversiones importantes en software específico del sector transporte, que no resultaron productivas; la liquidación de vehículos para afrontar deudas, con la consiguiente reducción de la capacidad de la sociedad para generar ingresos, y daños en dos camiones de la compañía, ocasionados por la DANA de Valencia.
"Las causas así expuestas de forma teórica pueden explicar una situación de insolvencia de una empresa, pero una situación de insolvencia motivada por dichas causas no surge ni se repentiza de modo inmediato, sino que se va generando en el transcurso de la actividad durante más de un ejercicio, como se ha puesto de manifiesto", concluye el administrador.
Dado el estado de insolvencia y la imposibilidad de reflotar el negocio, la empresa ha solicitado la apertura directa de la fase de liquidación, lo que augura su disolución y el reparto de los activos entre los acreedores.
Este caso representa un ejemplo más de cómo las pymes del sector transporte, especialmente aquellas dependientes de unos pocos clientes y con estructuras de coste rígidas, están siendo severamente afectadas por los vaivenes económicos y climáticos de los últimos años. Como ha venido contando Alicante Plaza, además de García Soler, en los últimos meses han ido a concurso y a posterior liquidación gigantes del sector como Transportes Perea, de Orihuela, y Eurotransfet, de Torrellano.
