MADRID.  Prometían rentabilidades extraordinarias, pero detrás solo había humo. La Audiencia Nacional ha propuesto juzgar a 18 personas vinculadas a la empresa Generación ZOE por su implicación en una presunta trama piramidal que defraudó cerca de 4 millones de euros a más de un centenar de inversores entre 2010 y 2011. El magistrado José Luis Calama, instructor del caso, les atribuye delitos de organización criminal, estafa continuada y blanqueo de capitales. Entre los procesados, están los hermanos Paterna, de Elda, considerados cabecillas de la supuesta trama de estafa.

Según recoge el auto judicial, los acusados tejieron una red que funcionaba bajo la apariencia de una escuela de liderazgo y coaching financiero. Sin embargo, lo que ofrecían era una falsa promesa de inversiones de alta rentabilidad sustentadas en criptomonedas y supuestos “robots” de inversión.

El gancho era potente: beneficios inmediatos y muy superiores a los del mercado, a cambio de una inversión inicial. Los clientes, captados a través de redes sociales y reuniones presenciales, debían pagar una membresía de al menos tres años. Al principio lo hacían por transferencia, pero más tarde las operaciones se realizaban en efectivo.

La clave del sistema estaba en su estructura: por cada nuevo inversor que aportaban, los clientes recibían un 20% extra. Así, la organización incentivaba a las propias víctimas a convertirse en reclutadores. Pero los fondos no se invertían, tal como prometían. El dinero de los recién llegados se usaba para pagar a los primeros, en un mecanismo típico de estafa piramidal.

El juez subraya que todo el entramado fue cuidadosamente diseñado para aparentar éxito. Una intensa campaña de marketing y mensajes constantes en grupos de WhatsApp y Telegram mantenían la ilusión de que las inversiones eran rentables. Incluso se llegó a anunciar la adquisición del Club Atlético Saguntino, equipo de fútbol de la Tercera RFEF, como muestra de solidez empresarial.

En la cúspide de esta estructura delictiva se encontraban los hermanos de Elda Daniel y Camilo Paterna, presunto presidente y vicepresidente de Generación ZOE en España. Ellos coordinaban la estrategia y actuaban como portavoces oficiales de la empresa.

La instrucción también revela que parte del dinero fue desviado a cuentas en Andorra y Estonia. En lugar de reinvertir los fondos, se destinaron a la compra de inmuebles, vehículos de lujo, campañas publicitarias y reintegros en efectivo.

El auto judicial constata que no existía actividad económica real ni posibilidad de retorno de las inversiones. “La empresa no generaba ningún rendimiento. Era una mera simulación que se mantenía gracias al flujo constante de nuevos inversores”, señala el juez Calama.

La Fiscalía y las acusaciones particulares disponen ahora de un plazo de diez días para presentar sus escritos de acusación. Dos de los investigados han quedado fuera del procedimiento de forma provisional, mientras que otros tres están en búsqueda y captura tras haber sido declarados en rebeldía.