ELCHE. Si bien el Año Jubilar tiene sus propias propuestas, el Ayuntamiento ha hecho coincidir algunos proyectos propios con este marco temporal, para acabar de complementar o darle más empaque a este ciclo. Uno de esos proyectos es el de la reforma del Museo de la Festa, que ahora cambia de nombre y pasa a llamarse Museo del Misteri Festa d’Elx. Inaugurado el pasado 10 de julio, coincidiendo con las fechas clave del año, será gratuito hasta el 1 de noviembre. La renovación se ha financiado con los fondos europeos Next Generation por 480.000 euros.
Hasta ahora, dado que el museo se había quedado desfasado (creado en 1997 y reformado en 2006), si los visitantes llegaban a la ciudad fuera de las fechas de representación del patrimonio Unesco, no podían hacerse una idea más completa de lo que es la Festa. Ahora, con la transformación del espacio, cambia el paradigma.
Ahora dispone de nuevos formatos para que por ejemplo, cualquier persona ajena al Misteri pueda ver y escuchar cómo son los cánticos de la Capella o de la propia representación. Son ahora unas instalaciones mucho más dinámicas y amenas, además de accesible para personas con distintas capacidades, procurando también la accesibilidad cognitiva, además de en las dos lenguas oficiales, castellano y valenciano, e inglés.
Cuenta con información interactiva con experiencias inmersivas, pantallas, elementos táctiles... Además de seguir mostrando archivos históricos, pero también experiencias vitales de las personas implicadas en el Misteri. El museo aborda ahora todas las tradiciones y mitos vinculados a las fiestas, desde la Venida de la Virgen, hasta la Roà, las Salves o L'Albà.
La ermita albergará la introducción a los contenidos generales de la Festa, poniendo en valor el mismo edificio, Bien de Relevancia Local, y su papel de contenedor expositivo de los elementos litúrgicos. Por lo que el espacio contemporáneo se centrará en el contenido concreto de las distintas partes del Misteri d'Elx, abordando de forma más profusa cada elemento que explica y contextualiza el Patrimonio de la Humanidad, desde el vestuario al mobiliario o los instrumentos. Con una pantalla envolvente de casi tres metros de alto.