ELCHE. Mientras que en 2026 el equipo de gobierno quiere dar los primeros pasos para ese concurso internacional que remodele el espacio urbano del Vinalopó en el casco urbano, empieza ahora a mover el proyecto de mejora de accesibilidad a través de la instalación de un ascensor. Una iniciativa que se anunció en marzo de 2024 y que se fue aplazando en el tiempo. De hecho, figuraba en las cuentas de este año, pero con los cambios constantes de presupuestos, con trasvases entre partidas y eliminación de otras, había quedado en un segundo plano. Ahora parece que el Ejecutivo rescata el proyecto, que previamente requiere de un Estudio de Integración Paisajística (EIP) al tener lugar en el Núcleo Histórico Tradicional (NHT) y en zona de amortiguación del palmeral, concretamente, en el límite que marca el Vinalopó.

Este EIP tendrá que integrarse en el proyecto técnico de ejecución del ascensor, que como ya se explicó, estará anexo al puente de Santa Teresa, en la esquina en la que ahora hay un terraplén. Como otras encuestas públicas recabadas desde Urbanismo y a las que cualquier ciudadano o ciudadana puede acceder, el estudio analiza las respuesta recibidas para justificar la actuación o la forma de ejecución. En este caso, preguntando acerca del impacto que se cree que tendrá el elevador en el Núcleo Histórico Tradicional, la percepción de la calidad paisajística de la zona, así como la afección que puede tener en la valoración del paisaje de algunos de los hitos de alrededor, desde la estatua de Francesc Cantó al Pont Nou, pasando por el mismo Ayuntamiento o el viejo Ayuntamiento del Raval. 

La instalación del ascensor se planteó como alternativa de mejora de accesibilidad, como resulta evidente, pero sobre todo para ofrecer otra solución a las rampas que se están haciendo desde hace años a través de los talleres de Labora. Son fáciles de bajar pero más difíciles de subir por la pendiente, por lo que para personas con problemas de movilidad puede resultar un problema. La idea del mismo es que fuera transparente. Bajaría al mencionado terraplén que hay detrás del olivo que se plantó el pasado año, abriendo el muro. Una propuesta cuya redacción se esperaba tener en el segundo semestre de 2024 pero que se ha ido aplazando. Para este año se presupuetsaron 100.000 euros que a priori serían para la redacción, ya que en su día, el edil Claudio Guilabert aseguraba que sería un proyecto caro.

Asimismo, también advirtió que el proyecto se enviaría a la conselleria de Cultura por la posible afección al puente, aunque según el concejal, los técnicos descartan que pueda haber problema. Por lo que cabe pensar que sea una de las iniciativas que se lleve a cabo el próximo año, y que vendría a mejorar la accesibilidad en una zona cuyo paisaje ha mejorado bastante de unos años a esta parte con un mayor mantenimiento y cuidado con las rampas y renovado de plantaciones a ambos lados de la rambla.