ELCHE. Este miércoles la concejalía de Servicios Públicos encargó un estudio geotécnico por un socavón detectado en navidad en la calle Clara Campoamor, junto a Porfirio Pascual. Aunque se reparó la fuga, el hundimiento persiste, por lo que ahora se va a analizar en tres puntos diferentes. Aunque se detectó y reparó la fuga, ahora hay que esperar una semana a esperar qué dice el informe sobre este estudio, teniendo en cuenta los precedentes de la zona y su urbanismo. Si hay un mal relleno, si hay algún tipo de cueva en el subsuelo o cuál es la situación bajo el firme. Aunque en los últimos años ha habido distintos socavones por un relleno de mala calidad en la zona más cercana al cauce del río, también lo hubo hace una década aproximadamente en el vial dirección Alicante de esta calle. 

El propio concejal Claudio Guilabert planteaba que hace diez años ya hubo un hundimiento visible en la parte derecha, en el otro vial, en el que se tuvieron que emplear dos camiones de hormigón y cuyo parche aún está visible en el asfalto. En este punto, además, los vecinos llevan avisando desde hace cinco años de este problema que ahora se percibe claramente. Sobre si hay relación con los socavones previos, aún es pronto y el edil no quería aclarar hasta esperar al informe, aunque sí apuntaba, como es conocido, los precedentes de falta de compactación de la calzada. Durante la pasada legislatura se procedió a hormigonar en el talud en la zona de las pistas de petanca. 

Socavones en una zona sensible

En este sentido, se conoce que en la zona hay un relleno de mala calidad y que tiene un mal compactado, aunque el asunto es descubrir hasta dónde. En 2022 se impulsaron hasta 13 sondeos a lo largo de toda la ladera y el barrio. Técnicos municipales ya advertían que el relleno de esta zona de la ladera no es bueno debido a su regular ejecución hace varias décadas, aunque la propia ladera del río tampoco es homogénea, hay partes con más piedra, otras con más grava, capas sueltas, relleno de cantera... En todo caso, la zona residencial, donde está la vía, está cimentada con pilotaje y terreno natural, pero el contexto y las cicatrices del urbanismo en esta parte de Carrús están ahí: áreas de mala compactación, sobre todo en las zonas más orientadas al río, que vienen de rellenos de escombros de la construcción (cascotes, ladrillos, fragmentos de demoliciones...) que son los de peor calidad frente a los realizados con material natural como tierra o piedra procedente de excavaciones.

Cuando se urbanizó y encauzó el río hace décadas, generalmente estos rellenos fueron con material de mala calidad, algunos apresuradamente o sin mucho rigor, ante la urgencia por construir vivienda ante un crecimiento exponencial de mano de obra emigrante que venía a trabajar en la próspera industria del calzado en los 60. Y para solucionar problemas de chabolismo que había en la ladera, con familias que vivían en cuevas. En cualquier caso, habrá que esperar el informe, también por el tráfico que soporta esta calle. Y lo del relleno para la compactación es algo habitual. De hecho, los problemas con la losa bajo el puente vienen en parte por el mal estado del relleno. También en la zona del río, área sensible para determinadas actuaciones, como la rampa que ocasionó otro hundimiento en la calle Al-Shafra en un talud que ya estaba precario y que requerió una actuación importante para su reparación.