ELCHE. Hace unos días el equipo de gobierno anunció que va a realizar una pequeña actuación en la carretera de Santa Pola para intentar paliar las inundaciones del tramo de la Venta Durá, con los tanques de tormenta puestos en el futuro. El objetivo es reducir en pequeños episodios de lluvia el paso de las aguas pluviales a la carretera CV-865, de modo que las primeras aguas de escorrentía continúen por el camino viejo de Elche - Santa Pola, y construir allí una captación y conducción que derive caudales al Segundo Canal de Desviación. El proyecto ya está en licitación.

El problema viene porque unos 120 metros tras la obra de paso bajo la carretera, el cauce natural del barranco de San Antón desaparece. Con lo que cuando llegan las lluvias torrenciales, el flujo principal aguas abajo de la obra de paso se dirige por el camino viejo de Elche a Santa Pola durante unos 630 metros, pasados los cuales retorna a la carretera CV 865. En un marco en el que parte de la cuenca vertiente al barranco se encuentra urbanizada, impermeabilizando la superficie del terreno y aumentando la torrencialidad de los regímenes hidráulicos y por tanto aumentando el caudal en las lluvias torrenciales o Danas.

Solución

Lo que se va a hacer es instalar una prolongación del bordillo que se encuentra en la isleta deflectora, con una alineación del mismo tipo de bordillo rebajado en la zona en donde se encuentran las cinco balizas. Se pondrá también un pasamuros, una nueva tubería y una banda transversal reductora de velocidad prefabricada que, además de cumplir con la función para la que está diseñada, remansará ligeramente el flujo de agua, favoreciendo de este modo la entrada de agua al canal de captación.