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pp y cs critican la imprevisión del consell; los hoteleros auguran un 15% de cancelaciones

El toque de queda subleva al bipartito de Alicante y al sector turístico: de la 'ineficacia' a las anulaciones

  • El alcalde de Alicante, Luis Barcala, junto a la vicealcaldesa, Mari Carmen Sánchez, y los presidentes de Apha, ARA y Alroa.

ALICANTE. El toque de queda acordado por el Consell para contener el avance de la quinta ola de la pandemia del coronavirus en Alicante y otros 76 municipios de la Comunitat provocó este jueves la protesta, en bloque, del equipo de gobierno, el bipartito en situación de minoría compuesto por Partido Popular (PP) y Ciudadanos (Cs), y de las asociaciones empresariales vinculadas al sector turístico en la ciudad. 

Sus respectivos representantes -Victoria Puche, de la Asociación Provincial de Hoteles de Alicante (Apha); César Anca, por la Asociación de Restaurantes de Alicante (ARA); Javier Galdeano, por la Asociación de Locales de Ocio y Restauración (Alroa); e Irene Mas, vicepresidente de la Federación de Empresarios de la Hostelería de la Provincia de Alicante (Fehpa)- protagonizaron una comparecencia pública junto al alcalde, Luis Barcala, y la vicealcaldesa, Mari Carmen Sánchez, en la que cargaron contra la "falta de planificación" y la "ineficacia" del ejecutivo autonómico para evitar otro repunte de contagios. En resumen, todos coincidieron en un mismo diagnóstico: se debería haber intensificado el ritmo de vacunación, también entre los más jóvenes, para procurar que este verano sí fuese "el de la recuperación, como nos habían prometido", según subrayó Anca.

Por el contrario, según subrayaron todos, se habría optado por adoptar "soluciones ineficaces" que, a su juicio, vuelven a criminalizar al sector de la hostelería sin fundamentación científica con el anuncio de las mismas restricciones de siempre, aplicadas sobre los de siempre, que amenazan con echar por tierra las expectativas de la temporada turística con nuevos mensajes "alarmistas". De hecho, según precisó la presidenta de Apha a consulta de Alicante Plaza, la patronal hotelera trabajaba con la estimación de poder cerrar el verano con una ocupación media de entre el 70 y el 75% que ahora ya se teme que no podrá cumplirse. "Hemos observado ya una primera ralentización de las reservas por la forma en la que se están comunicando los contagios y nos tememos que, con estas nuevas restricciones, se puedan precipitar las cancelaciones hasta el punto de que la ocupación pueda caer 15 puntos", aseguró Puche.

Lo cierto es que ninguno de los seis comparecientes escatimó en críticas respecto a la gestión del Consell. Y no fue menos cierto que no fueron los únicos: también llovieron los reproches desde otras ciudades turísticas de la provincia como Benidorm, igualmente gobernada por el PP. De hecho, su alcalde (y ahora también nuevo presidente provincial de los populares), Toni Pérez, apuntó -en declaraciones recogidas por Radio Alicante- que la implantación del toque de queda era una medida inadecuada que amenazaba la recuperación del sector turístico en plena temporada alta. 

Sin embargo, los mensajes lanzados desde la capital fueron, quizá, de los más duros de los que se habrían podido escuchar hasta ahora. Todo pese a que el Consell insistiese en hacer pedagogía y precisar que la ciudad de Alicante se encuentra en un nivel de alerta 4 (la alerta máxima que establece el Ministerio de Sanidad), y que, se dan registros "especialmente negativos en el incremento de casos respecto a la semana anterior, en la positividad de los test y en la incidencia a 14 días". 

En esta línea, fuentes de Sanidad apuntaron que la incidencia acumulada se situaba en 400; que la positividad de las pruebas supera el 22%; y que el número reproductivo básico (a cuántas personas puede contagiar una persona enferma de covid-19) es de 1,42. Una situación que, de acuerdo con la Generalitat, habría propiciado que los técnicos de salud pública hubiesen recomendado que se incluyese a Alicante entre las ciudades con limitación de la movilidad nocturna entre la 1:00 y las 6:00 horas de la madrugada, desde el próximo lunes hasta el 16 de agosto, como medida de contención de nuevos contagios.

No obstante, todos esos argumentos no consiguieron desactivar el malestar. A la postre, las críticas de los empresarios llegaron desde la desesperación, después de más de un año y medio en el que se han visto envueltos en restricciones. Y las de los líderes del bipartito, se produjeron desde la trinchera política. Y, además, en clave de reivindicación. Una respuesta sustancialmente distinta de la que se produjo, por ejemplo, cuando se acordó la implantación del toque de queda sobre San Vicente del Raspeig. En ese momento, su alcalde, el socialista Jesús Villar, se confesó sorprendido por la medida, al considerar que la situación sanitaria de su municipio no era la peor de la provincia, pero lanzó un llamamiento a la responsabilidad de la ciudanía sin manifestar ninguna posición crítica.

Por el contrario, la posición del bipartito de Alicante fue la de exigir un cambio de orientación en la gestión política al frente de la Generalitat, para lo que contó con el apoyo de los empresarios, al tiempo que se les garantizaba respaldo institucional: la promesa de procurar nuevas medidas de alivio como la concesión de nuevas ayudas o la aplicación de bonificaciones en el pago de tasas, por ejemplo. En cualquier caso, de la crítica no se pasó a la acción, con el propósito de evitar la aplicación del toque de queda, ya que el escenario de la interposición de un hipotético recurso municipal frente a las nuevas restricciones queda descartado por pura imposibilidad legal: se trata de una medida a sancionar por el Tribunal Superior de Justicia (TSJCV) sin tener que escuchar o consultar a la parte afectada, según indicó el propio alcalde.

Las asociaciones de hosteleros y hoteleros descalifican las nuevas restricciones por 'ineficaces' y alertan del impacto en la llegada de turistas

¿En qué se sustentaron los reproches de cada interviniente? En primer término, el presidente ARA, César Anca, señaló que el sector tenía que reaccionar frente a un "nuevo ataque" pese a que muchos ciudadanos considerasen que el toque de queda podía ser una medida lógica, en tanto que la hostelería podía permanecer abierta hasta la 1:00 de la madrugada, y que la intención era evitar los botellones.  Con todo, insistió en que la restricción supone "un aviso" a los ciudadanos del conjunto del territorio nacional que podrían estar planificando sus vacaciones y que "están pensando dónde ir". Así, consideró que el toque de queda "es un torpedo en nuestra línea de flotación con el que vamos a ver canceladas muchas reservas que ya teníamos". 

Además, recalcó que "con esto no solucionamos el problema", puesto que, según explicó, los jóvenes "no solo salen por la noche" y se cuestionó si en otros horarios no se producen contagios. Por ello, consideró que "volvemos otra vez a fórmulas equivocadas" y a "criminalizar" cuando, en su opinión, habría que poner el foco en "cómo está gestionando el Consell estos 16 meses de pandemia, siempre señalando a los demás, al ocio y a la restauración, y ahora también a la juventud". De este modo, señaló que se trata de sectores que, hasta ahora, se han prestado como "los mayores aliados para ayudar". "Hemos sido responsables y hemos aportado ideas y la respuesta ha sido cero", insistió. Por ello, reclamó "que se pongan a trabajar, que se pongan a vacunar y a solucionar el problema, sin prohibir".

La presidenta de Apha, Victoria Puche, señaló que "estamos en un momento muy complicado" en el que estas nuevas restricciones "nos posicionan de forma muy caótica respecto a otros destinos". Así, recalcó que el sector turístico y el de la hostelería están cumpliendo todas las medidas higiénico-sanitarias acordadas desde el inicio de la pandemia y aseguró que se estaría trasladando un mensaje alarmista que, según dijo, no se correspondería con una situación de presión hospitalaria que sí se estaría dando en la atención primaria, "en la que no se abren los centros de salud por las tardes". 

Además, dijo no entender por qué no se había previsto una vacunación en masa sobre todo entre el grupo de población juvenil y consideró que, al final, la implantación de más limitaciones transmite una mala imagen ante el turista internacional que podría estar planteándose unas vacaciones en la Comunitat. "Esto va a desviar las reservas hacia otras comunidades que no están teniendo este tipo de restricciones, cuyos números son muy parecidos a los de esta comunidad", incidió. Por ello, también reclamó que se aplicase lógica a la hora de gestionar "para evitar que nos encontremos en una situación seguramente peor que la del año pasado" por lo que expresó su confianza en que se adopten otro tipo de medidas con rapidez que sí puedan ser efectivas.

Por último, emplazó al resto de fuerzas políticas a "echar una mano al sector turístico" y "unirse a esta petición al Consell para que estas medidas no lleguen a ponerse en marcha", indicó. Un mensaje al que también se sumaron el resto de los representantes del sector.

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