TORREVIEJA (EFE). A veintiséis días para que el departamento de salud de Torrevieja pase a la gestión pública directa, el proceso de reversión del centro alicantino, ahora en manos de Ribera Salud, se desarrolla con tensiones similares a las que se produjeron con el Hospital de La Ribera. El próximo 15 de octubre finaliza el contrato de concesión del Hospital de Torrevieja, que comenzó en 2006, y tal y como ocurrió el 1 de abril de 2018 con el situado en Alzira, pasará a depender totalmente de la Conselleria de Sanidad y tendrá como nueva gerente a la doctora María Pilar Santos.
El gobierno del Botànic cumplirá así el compromiso electoral surgido de las elecciones de 2015 de devolver a la gestión pública las concesiones sanitarias auspiciadas por el Partido Popular cuando gobernaba la Generalitat. En este modelo de colaboración público-privada, la Administración paga a la concesionaria una cantidad anual por cada uno de los habitantes adscritos a su área, aunque está garantizada la naturaleza pública del servicio de salud. "La hoja de ruta no se ha variado", aseguró en junio la consellera de Sanidad, Ana Barceló, en Les Corts, donde dijo que cuando llegue el momento, en octubre, notificarán a Ribera Salud "que queda concluido el contrato en el momento de su vencimiento".
A principios de septiembre, técnicos y personal de la Conselleria se desplazaron a Torrevieja para preparar la fase final de la integración del departamento, abordando tareas de planificación y organizativas relacionadas con la logística o los servicios externos contratados por la empresa concesionaria. También trabajan en aspectos ligados a la adaptación al entorno informático de los sistemas de información de la Generalitat o la subrogación del personal que presta sus servicios en el departamento, tanto temporal como indefinido, que seguirán en sus puestos de trabajo bajo la condición de personal laboral a extinguir.