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revisión de la ordenanza pendiente de apoyos políticos

El equilibrio en las terrazas de Alicante no contenta a nadie: corta para vecinos, abusiva para hosteleros

  • Una de las protestas organizadas por los vecinos del Casco Antiguo de Alicante frente a las molestias por ruido, en imagen de archivo.
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ALICANTE. La revisión de la ordenanza de Ocupación de Vía Pública de Alicante (que se fusiona ahora con la ordenanza de venta no sedentaria o mercadillos) no consigue satisfacer a nadie. Al menos por ahora. La pretendida búsqueda de equilibrio entre la actividad económica de la hostelería y el descanso vecinal, que se recoge en el propio texto, y que defendió la edil del área, Cristina Cutanda, este martes, ha acabado generando descontento en los dos ámbitos: el empresarial y el vecinal. Como es obvio, por motivos opuestos: los residentes la consideran insuficiente, mientras que los hosteleros interpretan que sus planteamientos son excesivos. En esencia, en lo que respecta a la reducción de horario de funcionamiento de las terrazas.

Además, el nuevo texto defendido por el equipo de gobierno, del Partido Popular (PP), tampoco tendría garantizado el respaldo político necesario para que pueda quedar aprobada. Y, en consecuencia, tener eficacia real. Por lo pronto, ninguna de las cuatro formaciones que ejercen funciones de oposición han confirmado que tengan intención de votar a favor. De hecho, este martes se llegó a solicitar la retirada de la propuesta para poder retomarla desde el consenso, aunque no es menos cierto que, al menos de forma parcial, se reconoció que la propuesta recogía aspectos positivos, como apuntó el portavoz municipal de Compromís, Rafa Mas.

Por partes. Los residentes de dos de los ámbitos que vienen reivindicando medidas frente al ruido asociado a la hostelería, los barrios del Centro Tradicional y del Casco Antiguo, coincidieron en señalar que la propuesta puede ayudar a reducir molestias, aunque consideraron que queda lejos de la solución requerida. En esta línea, portavoces de la asociación de vecinos del Centro Tradicional señalaron, en primer término, que el hecho de que se haya dado impulso a la tramitación de la ordenanza (pendiente desde 2023) justo en el momento en el que se afronta el cierre del proceso judicial en el que solicitan que se declare una Zona Acústica Saturada (ZAS) en el perímetro que rodea a la calle Castaños demostraría que se trata de un gesto "oportunista" con el que el equipo de gobierno trataría de escenificar "que se están tomando medidas" para evitar el problema. 

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