ELCHE. Aunque a nivel inmobiliario el nombre de Elche ha salido recientemente en varios ranking porque Carrús vuelve a ser uno de los barrios más baratos de España donde comprar vivienda, la realidad del alquiler va por un camino diametralmente opuesto. Una situación con la que se están encontrando cada vez más personas jóvenes en los últimos tiempos, porque el arrendamiento actual dista mucho del de hace años. Según datos de Idealista, el precio ha aumentado un 12% con respecto a 2022 (un 13,3% en el casco urbano). La subida más grande de un año a otro desde hace diez años.
Desde principios de año el precio del suelo es de 6,5 euros por metro cuadrado, mientras que en 2022 era de 5,7. Una subida progresiva en la que hay que remontarse a finales de 2018 para ver un precio que estuviera en la horquilla de los 4 euros. Así, aunque en algunos meses puntuales de 2021 hubo una bajada del precio del metro cuadrado, los registros trimestrales de los últimos años han ido creciendo constantemente. Una situación que ha supuesto que actualmente encontrar pisos de alquiler por debajo de 400 e incluso de 500 euros sea casi una quimera. Máxime con la situación inflacionaria.
Las opciones que se publican en las inmobiliarias con precios competitivos o más asequibles tienen una elevada demanda y apenas duran días. De hecho, según fuentes del sector apuntan a que empieza a notarse un cambio de tendencia: mientras que hace unos años el alquiler en la ciudad era muy barato, estos precios están haciendo que muchos opten por finalmente adquirir un piso, ya que resulta más barata la letra que el propio arrendamiento, lo que está moviendo bastante el mercado de compra/venta. Eso sí, casas más asequibles, por tanto antiguas, sin ascensor, etc. Y que a su vez en esa búsqueda compiten con inversores que los compran para alquilarlos.