VALENCIA. Destacó Pellegrino nada más acabar el encuentro que lo que más le gustó de su equipo fue la buena predisposición que tuvieron los jugadores para afrontar un partido difícil y que en muchas ocasiones no apetece jugar. 

No le faltaba razón al míster que tiene buena parte de culpa en que sus jugadores supieran jugar el partido de anoche como tocaba. Ante un conjunto de Segunda ‘B', en un campo de espacios muy reducidos y con una lluvia torrencial durante buena parte del encuentro, el equipo podría haberse dejado llevar y que la mala dinámica del grupo hubiera salido a relucir. Sin embargo, no fue así.

Pellegrino alineó a los jugadores que menos minutos están gozando en los onces iniciales de Liga y consiguió que nadie se durmiera. Todos corrieron, todos trabajaron y todos supieron que partido tocaba jugar para salir con un buen resultado de Girona.

Dijo el técnico tras acabar el partido que "el partido había sido mucho más difícil de lo que había parecido" y no mentía. En la primera parte los catalanes apretaron de lo lindo, buscando dar la campanada. El partido fue poco vistoso pero el Valencia supo jugarlo.

Lo de ayer no sirve de termómetro de casi nada, ya que la verdadera medida la tienen que dar los valencianistas el sábado ante el Atlético. Eso sí, ayer en un campo difícil, en un estadio pequeño y ante un equipo humilde, el equipo dio la talla. El equipo se puso el traje de batalla y no se le cayeron los anillos. Sin duda, un buen paso para comenzar a levantar el vuelo.