ALICANTE. Hace apenas doce meses se produjo una situación análoga: el Granada buscaba traspasar a Lucas Boyé y el Elche permanecía muy atento a lo anterior, toda vez que el 30% del importe de dicho traspaso ha de ir a sus arcas de acuerdo con el reparto de los derechos económicos sobre el delantero ítalo-argentino.
Es verdad que este verano, tras el ascenso a LaLiga EA Sports de los franjiverdes, lo anterior ha estado precedido de un hipotético regreso de Boyé a la entidad del Martínez Valero... pero se trata de algo que hoy por hoy se antoja harto complicado que se produzca por la sencilla razón de que el primer equipo franjiverde tiene 'overbooking' en la posición de '9' desde hace unas horas: cuenta en este momento cuatro delanteros centro con los fichajes de Álvaro Rodríguez, Rafa Mir y André Silva, quienes se han sumado a un Mourad El Ghezouani que tiene la puerta de salida aún más abierta.
Hace dos años, el Elche y el Granada acordaron la compraventa del 70% de los derechos sobre Boyé a cambio de siete millones de euros. Ese importe es también el de la cláusula de recompra que ostenta el club franjiverde con base al contrato de traspaso suscrito entonces, una clásula que opera solo si el equipo franjiverde compite en LaLiga EA Sports y el rojiblanco una división por debajo, como es el caso.
Además, aunque las partes se muestran crípticas en este aspecto, el Granada adeudaría todavía al Elche una parte del precio de compraventa pactado en 2023, por lo que al citado 30% del traspaso habría que sumar la parte que sigue pendiente de amortizar por la entidad nazarí. Vaya, que el interés crematístico del club franjiverde en el destino que corra Lucas Boyé puede ser cuantitativamente mayor.
El Alavés es uno de los clubes que apuesta por hacerse con los servicios del futbolista de San Gregorio, que recaló en el club del Martínez Valero en septiembre de 2020, poco después de que el primer equipo franjiverde lograra el ascenso a la máxima categoría del fútbol español. Lo hizo procedente del Torino, en el marco de una operación de cesión que incluía una opción de compra de 2.600.000 euros de importe. Precisamente antes de que dicha opción expirase (e incluso los franjiverdes supieran dónde iban a competir en la campaña 2021/22), la entidad propiedad de Christian Bragarnik la ejerció, firmando a continuación a Boyé un primer contrato como futbolista en propiedad cuya duración expiraba en junio de 2024. El rendimiento del delantero en la temporada 2021/22 (participó en 24 encuentros de LaLiga EA Sports en los que anotó siete tantos y firmó tres asistencias de gol, llegando a debutar con la Selección absoluta argentina) fue aún mejor que en la 2020/21 (siete tantos y dos asistencias en 34 encuentros oficiales) lo que elevó su cotización. De ahí que si en el verano de 2020 el Elche pedía 8.000.000 euros por lo derechos sobre Boyé a quien llamaba a su puerta, en el de 2021 se remitía directamente a una cláusula de rescisión que ascendía a 25.000.000. En ese momento, por cierto, ya había amarrado al futbolista con un nuevo vínculo contractual con vigencia hasta la finalización de la 2025/26, en el que mejoraba también su remuneración, pero la citada cláusula de liberación unilateral para Boyé se mantenía invariable como también se rebajaba su importe hasta los 15.000.000 euros en caso de descenso a LaLiga Hypermotion, situación que se produjo de cara al curso 2023/24. Fue entonces cuando el Elche, que en el pasado había rechazado una oferta de 13.000.000 euros del Sevilla, optó por vender el 70% de los drechos sobre Boyé a un Granada que entonces estaba en la elite. Este se obligaba al pago aplazado de los mencionados 7.000.000 euros, además de un variable en función de objetivos y un 5% anual de los derechos.
Visto con perspectiva, de concretar el club rojiblanco el traspaso al Alavés u otro club antes de que se cierre la presente ventana de fichajes de verano a las 23.59 horas del próximo 1 de septiembre, por ejemplo, todos los movimientos de naturaleza económica llevados a cabo por el Elche en relacion al jugador ítalo-argentino habrán arrojado un saldo sensiblemente positivo (no obstante haber sido el primero de ellos un desembolso de algo más de dos millones y medio de euros, sin contar con el pago de la parte correspondiente del salario del jugador en la 2020/21).
