ALICANTE. El Elche CF se hartó el sábado a tener el balón, pero no supo llevarlo hasta el área del RCD Espanyol. No era la primera vez que le pasaba en el presente curso pues ya le sucedió en el envite en Mendizorroza, donde los de Eder Sarabia fueron más intensos que en el RCDE Stadium, pero tampoco lo suficiente.
“No hemos estado a la altura […] no hemos entrado bien a ninguna de las dos partes" y "nos han comprometido durante los primeros 50 o 60 minutos y en los últimos 30 no hemos tenido la precisión que requeríamos. El Espanyol ha merecido ganar”, decía el técnico franjiverde en Cornellà de Llobregat. Un análisis análogo al que había hecho en Vitoria con la salvedad de que allí arrancó su comparecencia con un "soy el máximo responsable. No he sido capaz de transmitir lo que necesitábamos hacer”. El sábado apuntaba a sus jugadores, dejando entrever falta de actitud, de compromiso para llevar a término lo que se había trabajado durante la semana, aunque es cierto que después de perder ante el Deportivo Alavés también habló de “pasos atrás”.

- Aleix Febas protege el esférico
No parece que el Elche perdiera el choque ante el RCD Espanyol antes de que este arrancara, pero la realidad es que por el desarrollo del mismo, incluso en el tramo del primer acto en el que fue de ida y vuelta, el rival estuvo siempre más cerca de la victoria.
El cuadro de Manolo González tenía la misma disposición táctica, pero no el mismo espíritu y gusto por construir: el Espanyol se mostró infinitamente más vertical, a diferencia del Elche, que fiel a su estilo apostó por elaborar más sus jugadas. Lo anterior no hacía de por sí mejor a los blanquiazules, pero es verdad que estos implementaron a la perfección lo que su entrenador quería a diferencia de los franjiverdes, quienes adolecieron de criterio en la circulación del balón y de profundidad. El Elche no encontró nunca el camino hacia la meta contraria y eso no siempre fue por mérito del Espanyol: como el propio Sarabia hizo notar tras el encuentro, pese a alinear en el tramo final del mismo a nada menos que tres ‘9’ sobre el verde, los suyos apenas emplearon el arma de los centros laterales; ni cuando Josan saltó al verde para ocupar un flanco derecho del ataque por el que se había desenvuelto la mayor parte del choque Germán Valera a pierna cambiada, se colgaron balones que a todas luces hubiesen hecho temblar las piernas de una defensa rival que por momentos terminó integrada por ocho futbolistas.
Parece también claro que hay que darle una vuelta al centro del campo, que Rodrigo Mendoza juegue de inicio (junto con Martim Neto, sí) y darle algo de descanso a Aleix Febas, quien empieza a acusar el desgaste (todo apunta a que será uno de los que vea desde el banquillo el envite copero de este miércoles). Y lo de Rafa Mir cayendo a banda no funcionó el sábado, por mucho que ante el Athletic Club sí fuera una fuente de peligro.

- Rodrigo Mendoza disputa un balón aéreo
Además, defensivamente el Elche tampoco estuvo a la altura. La jugada del gol encajado es un buen ejemplo, pero no el único (en un equipo de fútbol atacan y defienden todos, pero de entre los zagueros Bigas y Pétrot salieron el sábado en demasiadas fotos desenfocadas) y buena prueba de ello es que Iñaki Peña fue el mejor de los franjiverdes en Cornellà del Llobregat, donde, visto lo visto, igual la defensa de tres centrales y dos carrileros hubiese ofrecido un mejor rendimiento… siempre de haber mediado otra actitud, claro.
Eder Sarabia (y sus jugadores) le ha ganado la partida en lo que llevamos de curso a (entre otros) Alessio Lisci y a Julián Calero, dos viejos conocidos que la pasada campaña le chafaron la guitarra al Elche con sus respectivos equipos; no ha ocurrido así con Eduardo ‘Chacho’ Coudet y Manolo González, técnicos con equipos de autor, tan intervencionistas como Lisci, Calero y el propio Sarabia. Resta un mundo y la situación dista de ser dramática, más bien todo lo contrario. Hay que corregir cosas, eso sí.