ALICANTE. Parece que el destino de Lucas Boyé es regresar a LaLiga EA Sports, ahora para jugar de albiazul con el Deportivo Alavés.
De todos es sabido que el Elche está más que pendiente de lo que ocurra con el delantero ítalo-argentino, pero ya no porque piense en él para reforzarse y tampoco porque vaya a parar a un rival directo, lo está porque el Granada le adeuda aún tres de los siete millones de euros que pactaron en 2023 que le abonaría por el 70% de los derechos sobre el jugador. Si a lo anterior le sumamos que el Elche ostenta aún el 30% del pase... el siguiente cambio de equipo de Boyé casi depende más del Elche que del Granada, no obstante la necesidad que tiene este de aligerar masa salarial para poder inscribir futbolistas: el extécnico franjiverde José Rojo 'Pacheta' no pudo contar este fin de semana, de cara al encuentro frente al Deportivo de La Coruña, con el lateral Diego Hormigo, los extremos Souleymane Faye y José Arnaiz y el delantero centro Jorge Pascual, cuatro refuerzos del club nazarí que este no pudo dar de alta en LaLiga por sus problemas con el Límite de Coste de Plantilla Deportiva inscribible.

El asunto tiene otra derivada curiosa, toda vez que de finalmente enrolarse en las filas del Alavés como parece, Lucas Boyé tendría a Eduardo 'Chacho' Coudet como entrenador. Un compatriota que está precisamente represnetado por Score Fútbol, la agencia de futbolistas y entrenadores de Christian Bragranik, y matriz de Score Club, la sociedad limitada titular del 97% de las acciones del Elche. 'EDT' en estado puro.
Por cierto, a sus 29 años, Boyé se encuentra recuperándose de un esguince del ligamento lateral interno de su rodilla izquierda sufrido hace dos semanas en el transcurso de un amistoso con el Al Ain.