ALICANTE. El escritor alicantino Martín Sanz vuelve a hacerlo. Publica su enésimo libro y ahora pone el foco en uno de los elementos que definen a la ciudad de Alicante, la provincia y su sociedad. Con El Festival de Cine de Alicante: 21 años de una ilusión hace una nueva labor introspectiva regresando al pasado, remontándose más de dos décadas atrás, para llevar a cabo un estudio retrospectivo de uno de los certámenes más veteranos de la capital de la Costa Blanca y ponerlo así en valor destacando la ‘marca Alicante’. Una publicación en la que el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert ha tenido mucho que ver. De hecho, es quien lo edita, haciendo realidad una propuesta del director del festival, Vicente Seva, quien contó con el apoyo de la institución, tanto por parte de la anterior dirección como por parte de la actual, con Cristina Martínez a la cabeza. La publicación de este libro ha sido uno de los aperitivos de la nueva edición, que se celebrará del 20 al 24 de mayo.
— ¿Por qué crees que nos estudiamos tan poco?
— Bueno, yo creo que eso tiene mucho que ver con el ‘menfotismo’ alicantino, dicho desde el más absoluto cariño y respeto. Del ‘menfotismo’ y de cierto cainismo. Cuesta mucho que se valoren las iniciativas que surgen de la propia terreta y de gente que, lo que hace, le cuesta mucho. Eso sucede hasta que, efectivamente, hay un recorrido, un tiempo, en este caso ya 22 años, en los que hay una perspectiva y se puede ver cómo ha evolucionado el festival.
Cuesta mucho que se valoren las iniciativas que surgen de la propia terreta"
Pero, bueno, a priori, basta con que algo se haga aquí para que no se tenga en la justa consideración. Algo que no pasa en València, por ejemplo. En València se presume de las cosas mucho más, y con razón, porque lo lógico es presumir de las cosas que uno tiene; no vamos a presumir de lo de los demás.
— Más de dos décadas ¿Qué es lo primero que te ha sorprendido cuando te has puesto a repasarlo? Porque seguro que ya tenías una imagen definida con todos los libros que has ido publicando a lo largo de los años, pero, cuando has enfocado las dos décadas y te has puesto con todo el material…
— Yo he seguido el festival desde antes de que surgiera. Es decir, en la primera edición, que fue una muestra cinematográfica. He tenido ocasión, como colaborador, como patrocinador o como asistente a las galas de clausura e inauguración, a las proyecciones, a los a los talleres, etcétera, de conocer la evolución del festival.
El ritmo ha sido realmente in crescendo"
Cuando se ve a 22 años vista, te das cuenta de que el ritmo ha sido realmente in crescendo y que Vicente Seva, y el Festival de Cine de Alicante, por ende, que es lo mismo, han sido capaces de traer a lo más representativo de la industria audiovisual en cada una de las ediciones. Hay una carrera muy en paralelo entre la evolución de la industria cinematográfica española y el propio certamen. Avanzan de forma paralela.
— Cuando se repasa la trayectoria de un festival, siempre es curioso ver cómo esa persona que era una estrella ascendente, triunfa, mientras que otros no llegan a lo que parecía que iban a prometer ¿Qué es lo que más te ha llamado la atención dentro de esos perfiles que has visto?
— A mí, particularmente, me ha emocionado repasar a los homenajeados. Ahí, el Festival de Cine ha hecho una muy buena labor poniendo en valor grandes figuras del cine español que, quizás, habían pasado a un segundo plano. Por ejemplo, Chicho Ibáñez Serrador.
Para mí, es una figura clave tanto de la televisión como del espectáculo y de la industria del cine. Hizo solamente dos películas: La residencia y Quién puede matar a los niños, pero ahí están sus series y programas, y Tarantino habla muy bien de sus películas.
Llevaba muchos años, por su estado de salud, sin salir a ningún festival, sin ir a nada, y Vicente Seva consiguió traerlo a Alicante. A partir de estar aquí, se le vio en otros encuentros, pero es el Festival de Cine de Alicante el primer lugar en el que se le vuelve a ver, después de una etapa de desaparición.
Se ha hecho buena labor poniendo en valor grandes figuras del cine español"
Otra de esas figuras es Manuel Alexandre, por ejemplo. Eterno secundario, quien también estaba pasando una temporada muy complicada, y es gracias al Festival de Cine de Alicante que vuelve a la actualidad, a las alfombras, al photocall. Es gente que vuelve a recoger un reconocimiento y, además, que viene a Alicante, que es lo más importante.
Si no hubiera sido por el festival, toda esta gente no vendría a Alicante. No habrían venido nunca a la ciudad. Algunos podrían haber venido, en su época, a trabajar al Teatro Principal o a rodar en la primera etapa de Ciudad de la Luz, pero es por el festival por lo que vienen aquí.
— ¿Y qué crees que aporta un festival como el Festival de Cine Alicante a una ciudad como Alicante? Recientemente, Ana Poquet, concejal de Turismo, hablaba de cómo ayuda el festival a posicionar a la ciudad como destino para el turismo cinematográfico, que es un sector en auge. El turismo de pantalla…
— Primero, el valor reputacional. Cuando se habla del Festival de Cine de Alicante, ya sale el nombre de la ciudad, de la capital. Con lo cual, ahí hay un valor importante. Después, por la gente que viene, pues vive en la ciudad esos esos días y va a los hoteles y restaurantes, sale a tomar una copa, etcétera. Hay un ‘efecto arrastre’ económico importante.
El cine tiene un valor añadido importantísimo para el turismo"
Los aficionados aprovechan cuatro o cinco días y dicen: "Oye, hay un festival de cine en Alicante, en Sitges o en Málaga; me voy allí y cojo unos días de vacaciones”. Tiene un valor añadido importantísimo y, decididamente, es una apuesta acertada del Ayuntamiento de Alicante, que tiene mucho porvenir con la nueva etapa de Ciudad de la Luz, con el Festival de Cine de Alicante, con las rutas cinematográficas, etcétera.
Hay gente que va a una ciudad porque se ha rodado una película concreta allí o porque ha estado un actor, y no solamente sucede en Nueva York, Berlín o Roma, sino también en Alicante, donde ya se han rodado muchísimas películas, tanto antes de Ciudad de la Luz como después y en la actualidad.
— Cada pueblo, cada ciudad, tiene su propio festival de cine ¿Cuál es el valor diferencial que encuentras en el festival de la capital?
— Que surgen muchos y aguantan pocos. Hay muchas muestras, certámenes, iniciativas, pero la cuestión está en aguantar y resistir como lo hace el Festival de Cine de Alicante. Desde luego, gustará más o menos, pero eso es por el empecinamiento y la constancia de su director, Vicente Seva, y de su equipo. Un certamen que está en el top 10 de los festivales nacionales, dicho por medios especializados como Fotogramas y Cinemanía.
— ¿Qué recomendarías después de preparar el libro y analizar su historia? ¿En qué crees que podría mejorar?
— La promoción exterior. Es necesario darle un empujón, pero ahí no puede ir solo. Tiene que ir de la mano de sus principales partners, que son el Ayuntamiento de Alicante y la Diputación. La promoción nacional e internacional es cara. La difusión, si se quiere hacer bien, no es algo barato, pero sí sería necesario que se llevaran el festival a los distintos certámenes, ferias y encuentros nacionales e internacionales.
Hay que llevar el festival a certámenes nacionales e internacionales"
Que se lleve el producto del Festival de Cine de Alicante debajo del brazo, que se cuente y que se cuente bien. Falta eso. De hecho, hubo unos años en los que lo patrocinó o en los que colaboró con el programa Cine de barrio, de TVE, y se notó, porque es uno de los programas que más se ven en España, con un nivel de audiencia máximo.
— Como cinéfilo y como seguidor de los festivales de cine de España y de fuera, ¿qué crees que podría ayudar al Festival de Cine de Alicante a posicionarse como el Festival de Málaga o el Festival de San Sebastián? Has dicho que está en el top 10, pero el reto es superarse y alcanzar los primeros puestos. Después de ese análisis retrospectivo de estas dos últimas décadas, ¿cómo crees que podría alcanzarlos?
— Depende de los homenajeados, de los premiados. Desde luego, puede pasar cuando el Festival de Cine de Alicante traiga a Antonio Banderas, que sé que va detrás de él y me consta que estuvo a punto de venir en la vigésima edición.
Según vas cazando más alto, tendrás mucha más proyección. Aquí se han dado reconocimientos y premios a los mejores directores y realizadores: Álex de la Iglesia, Amenábar, etcétera, pero, según vas subiendo el listón, pues, ya queda poco ¿Qué queda? Almodóvar, Banderas…
Este año está Julio Medem, que es una pasada, pero bueno, cuando tengas eso, pues tendrás todavía más proyección, porque tendrás alcance nacional y, si es posible, que venga algún director o algún actor o actriz internacional que tenga vínculo con España y con Alicante. Desde luego, si se puede atraer un día a Martin Scorsese, saldrá en todos los papeles.