VALÈNCIA.En el año 1985, en Barcelona, nació la madre de la poesía gráfica: Laura Pérez Vernetti, una artista que ha dedicado toda su vida a trabajar con los versos entre viñetas. La autora, ilustradora y guionista forma parte de la historia ilustrada de España gracias a su trabajo en medios como El Víbora, donde trabajaba un estilo “totalmente diferente al actual” y centrado en el cómic underground. Como autora ha conseguido traducir al cómic el lenguaje de grandes poetas y literatos como Fiódor Dostoyevski, Nathaniel Hawthorne, Franz Kafka, James Joyce, Aristóteles, Thomas De Quincey, Guy de Maupassant o Robert Louis Stevenson convirtiéndose así en la gran pionera de la poesía gráfica en España y acercando sus relatos a nuevos lectores. 

Este fin de semana, como reconocimiento a su trayectoria profesional, recoge el premio Una vida de viñetas en el marco del festival Splash Sagunt, un galardón que hará compañía al Gran Premio del Salón del Cómic de Barcelona (2018) y que podrá colocar en la estantería al lado de su último trabajo: Insólitos (Letraversal), un libro repleto de versiones gráficas de los poemas de Jesús Aguado, Isabel Bono, Agustín Calvo Galán, José Ángel Cilleruelo, Luis Alberto de Cuenca, Javier Fernández, Menchu Gutiérrez, Aurora Luque, Julia Otxoa, José Luis Piquero, Esther Ramón y la Premio Nacional de Poesía 2025 Miriam Reyes.

Antes de recibir este galardón, la autora conversa con Culturplaza sobre una vida dedicada a las viñetas, en la que también le han acompañado los versos de su queridísima poesía gráfica, género del que es pionera. Su doble regalo es inaugurar la colección de este género en la editorial Letraversal -llamada Letra Menuda, donde lo poético se cuela en formato cómic, diario y ensayo- y recibir un reconocimiento a su carrera: “Llevo toda mi vida dedicada a la poesía gráfica. Empecé con poetas que me interesaban como Pessoa o Baudelaire y he ido trabajando en perfiles de diferentes generaciones y orígenes. Me interesa trabajar con autores que no tienen nada que ver entre sí, con textos irreconciliables y en formatos que huyan de las antologías”. 

Es por ello que su último trabajo en Insólitos le ha resultado muy estimulante a la hora de poder dibujar poemas de diferentes autores bajo un título que responde a una intención colectiva de mostrar los textos más insólitos de estos creadores, algo que se diferencia de sus trabajos en otros medios como podía ser El Víbora: “En El Víbora yo hacía cómic underground y trabajaba con un estilo totalmente diferente. Siempre he trabajado en cómic, literatura y he trabajado también en álbumes ilustrados. De los nuevos proyectos que me llegan me interesa jugar con una estructura un poco más rococó que me permite un nuevo nivel de fantasía e imaginación”. 

“Con Ángelo Néstore -directora de la editorial- comparto un espacio precioso en el que veo las conexiones que tenemos a la hora de entender el arte. Me gusta también ver cómo el género de la poesía gráfica acerca estos dos lenguajes a los jóvenes, mientras veo que los poetas están interesados también en generar obras mixtas e incorporar sus poesías a otras disciplinas. Veo que cada vez nos interesan más las obras mixtas, y me gusta ver como se premia la idea de experimentar. Yo creo que cada artista hace una fórmula que va perfeccionando a lo largo de su vida, pero yo parto de cero con cada proyecto y poeta. Me interesa reinventarme gráficamente”. 

Recibe como premio a este cambio y experimentación constante el galardón Una vida de viñetas, que para Vernetti llega a la vez que la publicación de Insólitos, que es un trabajo en el que se ha permitido desaprender para lanzarse a algo nuevo. Jugando con diferentes historias y casi a modo de diario personal de los autores que se reúnen en esta anti-antología, descubre que publicación tras publicación siempre existe una nueva forma de escribir y dibujar en la poesía gráfica: “Siempre juego con los elementos que me dan las imágenes y los poemas. Me gusta jugar con las formas y llegar de nuevas formas a los lectores”. Y siguiendo este camino recibe, con orgullo, un galardón que le recuerda como ha sido su vida entre viñetas, entre las que ha conseguido colar historias, homenajes y poemas.