LA NUCÍA. El municipio alicantino de La Nucía homenajeó a su cronista municipal Miquel Guardiola Fuster (1943-2024), recientemente fallecido, dando su nombre a la Biblioteca Municipal. Fue un acto emotivo en el que participaron sus hijos y nietos, quienes descubrieron la placa con su nombre en el Auditorio de La Nucía, donde se encuentra la Biblioteca Municipal. El acto se celebró este miércoles, 9 de julio, coincidiendo con el Día de La Nucia, en el 320 aniversario de la fundación de la localidad (1705-2025), una de las efemérides que Miquel Guardiola puso en valor y ayudó a difundir gracias a su trabajo e investigación.
El acto contó con la presencia de los hijos de Miquel Guardiola, Elena y Miguel Guardiola Devesa, así como todos sus nietos Mar, Francesc, Josep, Júlia y Thalía. En el evento intervinieron Pedro Lloret, concejal de Cultura, y Bernabé Cano, alcalde de La Nucía, quienes destacaron “la gran labor realizada por el cronista municipal y el gran legado histórico y cultural que dejó al pueblo”. También estuvieron presentes la bibliotecaria municipal Cristiana Tudela y la técnica de Biblioteca Mª Rosa Cano.
Recuperó la memoria histórica
En su intervención el alcalde de La Nucía resaltó el gran trabajo realizado por Miquel Guardiola Fuster en la “recuperación de la memoria histórica de La Nucía”, de forma altruista y desinteresada, y apuntó “durante más de 40 años dedicó todo su tiempo libre a la investigación y recuperación de la historia y pasado de La Nucía, escribiendo 13 libros, el himno de La Nucía y multitud de artículos de prensa. Era médico cardiólogo de profesión, pero su pasión era su pueblo y su historia a los que se dedicó en cuerpo y alma. Nunca agradeceremos lo suficiente su legado por ello es un homenaje más que justificado, por parte del Ayuntamiento y el pueblo de La Nucía hacia Miquel Guardiola Fuster, que a partir de hoy da nombre a la biblioteca”.
El mejor homenaje
El primer edil destacó que la denominación de la Biblioteca Municipal Miquel Guardiola fue aprobada por unanimidad en pleno municipal y con la aprobación de su familia y añadió “es el mejor homenaje que le podíamos dar a nuestro cronista municipal Miquel Guardiola, para darle visibilidad y que permanezca en la memoria de nucieros y nucieras, especialmente en las nuevas generaciones y las del futuro, que se preguntarán cada vez que entren en la Biblioteca, quién era Miquel Guaridiola, por ello hemos puesto código QR con toda su biografía y potenciaremos su estudio y la lectura de sus libros entre los escolares en las jornadas de animación lectora”.

“Ha sido precioso y un gran detalle”
En nombre de la familia intervino su hijo Miguel Guardiola Devesa quién agradeció emocionado al Ayuntamiento y el pueblo de La Nucía, el homenaje a su padre, poniendo el nombre de Miquel Guardiola a la Biblioteca Municipal, ubicada en l’Auditori.
“Ha sido precioso, que tenemos que decir es un orgullo que el Ayuntamiento y el pueblo de La Nucía hagan este homenaje y un gran detalle el poner a la Biblioteca el nombre de mi padre, y estamos muy agradecidos”, comentó su hijo, que en su discurso relató “que a su padre le hubiera hecho mucha ilusión y estaría encantado y estoy seguro que desde allí arriba lo está disfrutando. Su profesión era médico pero su pasión era el pueblo de La Nucía y su historia.
Daba gusto oírle hablar cada vez que descubría algo sobre el pasado, tras entrevistar o hablar con alguna persona mayor de La Nucía, sobre la emigración, oficios, fiestas o costumbres… etcétera”.
Homenaje a Miquel Guardiola
Se conmemoraba el Dia de La Nucia con el acto de homenaje a Miquel Guardiola, recientemente fallecido en octubre de 2024. Tras aprobarse la pasada semana en pleno municipal por unanimidad, el Ayuntamiento y el pueblo le dedican el nombre de su biblioteca municipal a su cronista oficial, pasándose a denominarse Biblioteca Miquel Guardiola.
Miguel Guardiola (1943-2024), cronista oficial de La Nucía, llevaba 43 años trabajando de manera altruista por su pueblo, investigando y escribiendo sobre la historia de La Nucía, desde 1981, ejerciendo de cronista oficial. Esta labor fue reconocida por el Ayuntamiento nombrándolo hijo predilecto en un pleno extraordinario en 2018.
Con su constante trabajo e investigación Miguel Guardiola recuperó la “memoria histórica de La Nucía”, olvidada entonces, y su gran labor hizo que instituciones como el Ayuntamiento de La Nucía se sumaran para recuperarla a través de la digitalización de los archivos históricos, apertura de museos etnográficos, recuperación del patrimonio: como el lavadero de la Font de la Favara.
13 libros
A pesar de ser médico cardiólogo de profesión, la gran pasión por su pueblo le llevó a investigar y escribir sobre la historia de La Nucía. Durante su trayectoria publicó un total de trece libros: De La Nucía a la Argelia francesa, en 2021; De La Nucia a Nueva York, en 2017; Carlistas, republicanos y liberales, en 2012; 25 años de La Unión Musical de La Nucía, en 2005; Festes del segon centenari de l'Ermita de Sant Vicent del Captivador (1809-2003), en 2003; Vidas y estampas, en 2002; La Nucía (1919-1939): Crónica social y política, en el año 2000; Lírica tradicional valenciana, en 1997; Del ayer, en 1995; La Nucía: Gentes de antaño II, en 1989; La Nucía: Apuntes para la historia, en 1986, y La Nucía: Gentes de antaño, en 1985. La mayoría de ellos fueron publicados y editados por el Ayuntamiento de La Nucía.

Su último legado: el himno
El último legado de Miguel Guardiola Fuster fue el Himne de La Nucia, que fue estrenado el 9 de julio de 2022, en el 317º aniversario de la fundación de La Nucía, en un concierto de la Unió Musical de La Nucía. Guardiola escribió la letra del himno y la música fue obra del compositor Alberto Guardiola Ochando. De esta forma Miguel Guardiola aportó un “nueva seña de identidad propia para el pueblo de La Nucía”: su himno.
El Himne de La Nucia invoca a la unión de los nucieros y nucieras recordando su historia y el paso de los diferentes pueblos y culturas por sus tierras, así como los sucesos y acontecimientos que han marcado la historia de La Nucía, como el fenómeno de la emigración del pueblo nuciero en los siglos XIX y XX a Argelia, Estados Unidos, Cuba e incluso a Australia.