VALÈNCIA. Estas últimas semanas han sido clave para terminar de completar el ‘rompecabezas’ cultural en los principales organismos artísticos de la Comunitat Valenciana con la elección de numerosos altos cargos que estaban vacantes, despachos de dirección que llevaban meses vacíos, una falta de 'jefes' que, en muchas ocasiones, ha llevado a las instituciones a sufrir cierta parálisis. Algunos de estos procesos de selección han sido ‘heredados’ de la primera parte de la legislatura, con Vicente Barrera (Vox) al frente del área de Cultura, aunque otro buen puñado se ha ido sumando desde que el pasado verano asumiera la cartera el ‘popular’ José Antonio Rovira. Pero en este puzzle no solo de nombres va la cosa, un relevo que también habla de un cambio de modelo.

Así, esta revolución en el tablero de la Conselleria de Educación y Cultura pone negro sobre blanco un cambio de paradigma en los procesos de elección, marcando distancias con el Código de Buenas Prácticas que siguió, en mayor o en menor medida, el gobierno del Botànic en las dos legislaturas pasadas. Muestra de ello es la elección de los nuevos directores adjuntos de Audiovisuales y Música y Cultura Popular del Institut Valencià de Cultura (IVC), Luis Gosálbez y Beatriu Traver. En este sentido, por primera vez, a pesar de ser un concurso público abierto, la mayoría de la comisión que resolvía el proceso eran cargos del propio gobierno, por lo que, de facto, ha sido una elección discrecional. 

En este sentido, la Conselleria de Educación y Cultura ha alterado las mayorías para que el sector profesional dejara de tener capacidad de influencia en las elecciones en favor del propio Consell. Muestra de ello es que la parte independiente del jurado son profesionales individuales y no una invitación de las asociaciones de cada sector. Por otra parte, los candidatos no han tenido que presentar proyecto alguno, así que solo se han valorado sus méritos y una entrevista personal. En este sentido, si bien, sí se marcaban unas puntuaciones objetivas frente al concurso anterior diseñado por Vox. Aún así, de las 11 candidaturas a la Dirección Adjunta de Audiovisuales, la comisión apenas entrevistó a tres personas; algo similar sucedió en Música y Cultura Popular, de 15 candidaturas, solo se entrevistó a cinco personas.

Con todo, el IVC sigue con varias cuentas pendientes por despejar. Después de medio año con dos de las tres direcciones adjuntas vacantes, y a pesar de la insistencia de la Conselleria en hacer ver que el ente funcionaba con una “normalidad absoluta”, otros puestos de responsabilidad se han visto salpicados por su inestabilidad. Se trata de la dirección de Cinema Jove y de Espai La Granja, que dependían de una externalización que caducaba en marzo. En el caso del festival de cine, el IVC aún no ha decidido cuál será el modelo a seguir y alegan que lo decidirá el flamante Director Adjunto de Audiovisuales. 

En el caso del espacio profesional de artes escénicas, Guillermo Arazo sigue al mando mientras el IVC prepara los nuevos pliegos, ya que María José Mora (Directora Adjunta de Artes Escénicas) sí que anunció que la intención era mantener dicha externalización. Con todo, en ambos casos se ha tenido que ‘improvisar’ una ampliación de contratos a pesar de que la finalización de ambos era una cuestión agendada. 
 

Vuelco en los museos

Estos últimos días también han sido los del desembarco de Blanca de la Torre en el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM). Un año después de la sonada dimisión de Nuria Enguita, el centro cultural vuelve a tener líder. La leonesa era elegida como directora tras un concurso marcado por la polémica y los retrasos, un proceso de selección que comenzó con Vox al frente del área de Cultura y termina con el PP. El propio camino ha mostrado algunos de los cambios de criterio entre unos y otros, entre ellos la propia duración del contrato, que Vox eliminó de las bases y que finalmente se concretó en cinco años, como el de su predecesora. 

Con un proceso diseñado en base a tres criterios -los del anterior gobierno, Vox y Partido Popular- la actual Conselleria de Cultura no quiere dejar cabos sueltos de cara al futuro de la institución, para lo que ha planteado un cambio sumamente relevante en su funcionamiento. En este sentido, el PP ha presentado una enmienda a la Ley de Acompañamiento para modificar la ley que rige el museo, un cambio por el que se reduce significativamente la presencia de profesionales externos en el Consejo Rector, en el que gana peso la Generalitat, y por el que se elimina toda referencia al Código de Buenas Prácticas de la ley, también en los futuros procesos de selección de dirección y gerencia del museo, un cambio que se ha hecho “por optimizar”, aseguró la secretaria autonómica de Cultura, Pilar Tébar, y que se ha encontrado con las críticas de oposición y el propio sector de las artes visuales. 

También la dirección artística del Consorci de Museus quedó por resolver en el traspaso entre Barrera y Rovira, una cuenta pendiente que se ha mantenido más de un año. Y es que, apenas unas semanas después del cese de José Luis Pérez Pont -declarado a la postre improcedente-, la Conselleria de Cultura, entonces liderada por Vox, nombraba ‘a dedo’ a Nicolás Bugeda como nuevo gerente, al tiempo que prometía crear una plaza de dirección artística que saldría a concurso, con lo que la dirección del centro pasaría a estar dividida en dos personas. Más de un año después y ante la imposibilidad de crear la plaza este modelo ha quedado descartado, manteniendo a Bugeda como único gerente y director del organismo, sin concurso abierto ni un proyecto, como anteriormente.
 

Les Arts, la transición ‘dulce’

Les Arts, por su parte, se ha mantenido durante toda la legislatura al margen del terremoto político. Y en este sentido, un cambio de calado como la de la dirección de la Orquestra de la Comunitat Valenciana (OCV) ha sido una balsa de aceite en comparación a otros procesos. La ópera anunció que James Gaffigan no renovaría su contrato a finales de diciembre. Todo apuntaba a que, teniendo en cuenta las agendas de los grandes nombres de la escena, la formación musical podría tener un vacío de poder como ya ocurrió en un cambio anterior. 

Nada más lejos de la realidad, tan solo un mes después, también Les Arts anunció que su relevo sería Sir Mark Elder, que al tener ya un compromiso la próxima temporada, agilizó mucho la negociación.

Entre las cuentas pendientes en el ámbito musical también tenemos una en la Banda Sinfónica Municipal, que depende de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de València y no del Palau de la Música, que lleva un año sin cerrar su intención de cubrir la plaza de Subdirector de la formación. El consistorio aprobó las bases en mayo de 2024, se presentaron dos candidaturas a las pocas semanas, y 11 meses después no hay noticia alguna de cualquier avance. Unos plazos del todo anormales. Desde el Ayuntamiento se justifican, en todo caso, diciendo que “la Administración lleva sus tiempos”.
 

Cambio de modelo en los teatros municipales y La Mostra
 

También ha sufrido varios retrasos el proceso de selección de nuevos directores de los teatros municipales, el Teatre el Musical (TEM) y La Mutant, que en un principio debería haberse cubierto a principios de año y que no ha sido hasta hace unos días cuando ha cerrado el plazo de presentación de candidaturas, con dos personas presentadas, con la previsión de que ambas salas cuenten con nuevos líderes de cara a la nueva temporada. Cabe recordar que ambas salas caminan a un cambio de modelo por el que las plazas pasan a ser indefinidas, estando el proceso de selección limitado a funcionarios, un concurso que está por concluir pero que ya tiene dos candidatas -para dos plazas- Esther Alabor y Tatiana Clavel.

En este 'rompecabezas' cultural, otra nueva cara que se suma en los últimos días, la de de Sara Mansanet. La que fuera directora del festival internacional de mediometrajes La Cabina ha sido elegida esta misma semana como nueva subdirectora de Cinematografía y Audiovisuales del Palau de la Música, con lo que a partir de ahora será la encargada de liderar la nueva etapa de La Mostra de València, un cambio que pasa por lo artístico, siendo la encargada de definir las nuevas líneas del festival, pero también en el ámbito administrativo, pues desde ahora está integrado en el Palau de la Música.