Diseño e ilustración

IA Y CREATIVIDAD

Dimefresca: diseñar con IA sin perder el pulso creativo

El estudio valenciano fusiona lo tradicional y lo digital en su trabajo jugando con la IA mientras exploran cómo puede sumarse esta herramienta a su trabajo. Una visión que compartirán este verano en la Escuela de Cerámica de Manises

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VALÈNCIA. Siempre se ha considerado Chumpy una persona muy curiosa, hasta el punto de pasarse la vida “inventando trabajos”, como bromea. Aunque, cuando era pequeña también soñaba con trabajar en Pixar. Pasaba horas descargando programas y trasteando con Photoshop, interesada en todo aquello que fuera digital. “Mi madre fue el primer referente que tuve, porque era informática, lo cual no era habitual en mujeres mayores. Mi acceso a Internet y a los ordenadores fue, por eso, muy temprano”, recuerda. Aprendió por su cuenta a editar, animar y manipular imágenes, empujada por la curiosidad más que por un plan claro. Y, años después, junto al fotógrafo y realizador Álex Zaragozà, forma Dimefresca: un estudio valenciano que trabaja exclusivamente con herramientas de inteligencia artificial aplicadas al diseño y la producción audiovisual. 

“Profundizar en la IA fue un proceso creativo más, no sabía lo qué iba a suponer”, asegura la creativa, que hoy se ha convertido en una de las principales divulgadoras de esta cuestión en València. En paralelo a su trabajo como creadores, desde Dimefresca también imparten formación, habiendo pasado por la Universidad Politécnica de València, la escuela Brother y este verano impartirán clases a la Escuela de Cerámica de Manises. Su enfoque no pasa por sustituir el trabajo manual ni por celebrar sin matices la tecnología, sino por explorar, desde la práctica, de qué forma puede la inteligencia artificial integrarse en los procesos creativos contemporáneos.

 

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Así tratan de hacerlo en su día a día. El estudio aplica este enfoque de forma muy distinta según el proyecto. Para el cartel de la tercera edición del festival Discos Oldies, por ejemplo, decidieron prescindir completamente de la IA y trabajar con ilustración tradicional. En cambio, para la portada del EP de la banda de punk Corredor, inspirada en el mundo de las carreras de caballos, sí recurrieron a herramientas generativas. “Gracias a ello no hubo ningún caballo maltratado en el proceso”, matizan los creadores. 

 

Ese tipo de contraste marca su manera de trabajar. Aunque la mayoría de clientes les buscan precisamente por su uso creativo de la IA, en Dimefresca no hay una fórmula cerrada. “No pensamos en ella como resultado final, sino como parte del camino”, explica Zaragozà. A veces sirve para salir de un bloqueo, otras para generar un boceto rápido que ayude a tomar decisiones, y muchas veces para dar forma a imágenes imposibles que combinan fotomontaje, 3D, escaneos y horas de prueba y error. “Hay imágenes que parecen generadas en dos clics, pero llevan detrás días de curro. Lo que te permite la IA, por ejemplo, es visualizar en un boceto si te vale la pena perder todo ese tiempo en un proyecto”. 

 

En su caso, los creativos tienen claro que la inteligencia artificial les ha empujado a pensar distinto y también les ha abierto la posibilidad de repensarse como profesionales. “Gracias a que nos hemos introducido en la IA de forma inconsciente, a día de hoy somos el estudio que somos. De otro modo, yo hubiera seguido trabajando en la marca en la que estaba”, afirma Chumpy. 

 

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Usar la IA… tiene su reto

Pero, lejos de una visión triunfalista o deslumbrada, en Dimefresca son conscientes de que trabajar con herramientas generativas implica también asumir contradicciones y abrir nuevas preguntas. “La IA parece la solución mágica para cualquier problema complicado, y eso puede ser peligroso. En realidad, estamos perdiendo el tiempo de calma y reflexión que pensábamos que íbamos a ganar”, apuntan los creativos. El ritmo de producción se ha acelerado, y el reto, dicen, no está solo en dominar las herramientas, sino en educar tanto al cliente como a la sociedad sobre cómo y cuándo tiene sentido usarlas.

 

“Siempre digo que el problema no es la herramienta, sino la intención con la que se usa. Cuando subes algo a Internet, le pertenece a Internet. Es un problema que había antes de la IA y no hemos sabido gestionar, sobre todo desde Europa, porque tenemos un sentido de posesión más alto que en otros lugares del mundo”, explica Chumpy, que añade: “Es tanta la cantidad de información que alberga una IA que para generar una pieza nueva si lo que quieres copiar a alguien, debes hacerlo de manera intencionada. Por eso, creo que el problema no es tanto la herramienta sino la intención.”

 

Para la creativa, más que una cuestión técnica, el verdadero reto está así en saber utilizar bien la IA, pero también en promover una cultura estética y visual que ayude a rechazar los trabajos generados como si fueran “un refrito” y sin una propuesta creativa detrás. “Para nosotros la IA es un proceso más del objetivo final. Como dice Chumpy, nunca tendríamos colgada en casa una imagen generada cien por cien con IA, porque es difícil que sea bonita. Siempre hace falta una investigación detrás y saber qué contar”. Ese enfoque, más reflexivo, ha sido clave en las formaciones que ellos mismos imparten. 

 

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IA y cerámica: lo digital con lo manual

Los valencianos empezaron casi sin querer: compartiendo procesos que veían por Twitter, aprendiendo en foros, trasteando con modelos de generación de imagen y vídeo cuando en España todavía eran una rareza. Pero cuando en 2023 la escuela Brother València les propuso dar una primera clase, entendieron que había un interés real por parte del sector. Desde entonces, las formaciones se han multiplicado.

 

Dimefresca impartirá este verano una formación específica sobre creatividad e inteligencia artificial en un espacio tan vinculado a lo tradicional y manual, como es la Escuela de Cerámica de Manises. “Juntar lo artesanal con la IA ayuda mucho a experimentar. Se pueden crear piezas a un bajo coste, porque te ayuda a visualizarlas antes de crearlas. Después no todos aceptan incluirla en sus procesos, pero es como la animación 3D: no tiene que ser para todo el mundo”, reflexiona Chumpy. 

 

Y aunque en muchos entornos la IA sigue generando desconfianza, la diseñadora destaca un cambio que para ella sí ha sido muy importante: “Me gusta ver que en las formaciones hay más presencia femenina. Porque la IA tiene una gran brecha de género. Al ser una herramienta tecnológica, viene de un entorno masculinizado, vinculado a los videojuegos, a la informática… y además, al principio -cuando no había ningún tipo de regulación- los usos más frecuentes eran la pornografía. Era un entorno muy hostil, porque preguntabas en foros y de repente las respuestas iban ligadas a este tema. Cuantas más mujeres haya, menos hostil será todo esto”.

 

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El futuro de Dimefresca

En Dimefresca, el enfoque creativo también se nutre de las experiencias previas de Álex Zaragozà, quien llega desde el mundo de la música y la escena underground de València. “Muchos colegas del ámbito musical nos han pedido que les diseñemos portadas o videoclips”, cuenta Chumpy. Reconoce la valenciana que estos proyectos más pequeños, como el propio rebranding de su marca, son los que más respiran la esencia ‘fresca’. “En lo pequeño hay más libertad. Cuando te llaman desde sitios grandes, los márgenes son muy estrechos. Es difícil salir del piloto automático”. Es, en cualquier caso, en esa reflexión dónde quieren dirigir su trabajo. 

 

“El otro día lo pensaba: el porqué de ‘fresca’. Para mí es acercar a los creativos las herramientas digitales que se han hecho más complejas, como la IA, y quitarles hierro, desdemonizar. Siempre desde nuestra esencia, con humor, riéndonos un poco de la situación”, responde Chumpy. “Queremos que estas nuevas herramientas sean una compañera, no una enemiga. Sobre todo, a nivel formación”.

 

Zaragozà coincide: “Nos piden muchas cosas para mañana, todo es para ya. Y si tenemos una herramienta que podría darnos más tiempo libre, tiempo para investigar o para trabajar con calma, no tiene sentido que la IA nos meta aún más en la rueda capitalista de producir sin parar. No somos eso”.

 

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