Entrevista

CULTURA

Carmen Morales: "La cercanía que da la televisión a los actores lleva a la gente a ir a vernos al teatro"

La hija de Rocío Durcal actúa este domingo en la Vall d'Uixó

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CASTELLÓ. Nunca sucedió, pero la magia del teatro ha permitido recrear una conversación imaginaria entre dos pesos pesados de la literatura como son Benito Pérez Galdós y Ágatha Christie, y este domingo se podrá disfrutar en el Auditori de la Vall d’Uixo (19.00 horas) gracias a una función que lleva la exitosa firma de Juan Carlos Rubio. Y sobre las tablas, Carmen Morales, que se pone en la piel de la escritora inglesa para seguir demostrando que es una actriz en mayúsculas. No en vano, la hija de Rocío Durcal y Junior lleva desde niña forjándose una carrera en la que empezó cantando y continuó en el cine, la televisión y el teatro. Junto al actor Juan Meseguer está de gira por toda España para presentar ‘Querida Agatha Christie’, un texto en el que se habla de literatura, como no podía ser de otra manera, pero también de las miserias y las maravillas de la vida.

La función prevista para el pasado mes de noviembre se suspendió por las semanas de duelo que sucedieron a la tragedia de la DANA, y afortunadamente para el público de la provincia se ha vuelto a programar “pese a que no teníamos muchas esperanzas después de todo el desastre que ocurrió”, como comenta la actriz. Como sucede en cada escenario que pisa, también en la Vall le preguntarán y le recordarán a su madre “porque ocurre siempre salvo el día en el que no salgo de casa”.

— Carmen, en el escenario hay dos personajes, ni más ni menos que Agatha Christie y Benito Pérez Galdós. ¿Qué ocurre entre ellos?

— Ocurre que Agatha Christie está pasando justo en ese momento por una situación muy dura en su vida. Ella fue una mujer criada y educada en una tradición absoluta para ser esposa, madre y ama de casa. Le dijeron que tenía que creer en el matrimonio para siempre y le tenía horror al divorcio. Pero de repente su marido la deja porque se ha enamorado de otra mujer y ella entra en una crisis brutal, no solo existencial sino también como escritora puesto que pierde su raíz y no sabe para dónde ir, ni lo que quiere hacer, ni quién es, ni nada de nada. Aparece en ese momento un personaje maravilloso como es Benito Pérez Galdós para, metafóricamente hablando, surfear juntos por esas olas de la vida hasta llegar al final a un punto súper bonito y tierno. Evidentemente, no puedo hablar de ese momento último de la función, pero digamos que es una situación a la que ella llega con una actitud horrible, enfadada y desesperada y se va modificando gracias a él. Mi personaje es muy bonito por ese cambio que se produce de la mano del Galdós que interpreta Juan Meseguer, quien le va guiando hacia ese inesperado final del que no puedo hablar.

— Lo que nos acabas de contar de la vida de la escritora inglesa ocurrió de verdad, pero ¿el encuentro del que nos hablas es ficción?

— Tiene que venir la gente a ver la función, no puedo contar el final. Si te respondo a esa pregunta la lío parda.

— Entiendo pues que esta es una muestra de que el teatro hace posible lo imposible, ¿no es así?

— Si, o no. Quizá en este caso sí que es posible, quién sabe. El espectador no conoce en qué punto están ambos personajes. Lo que sí que es cierto es que nos enfrentamos al encuentro de dos personajes muy potentes, dos titanes de la literatura, que van llevándose el uno al otro de la mano por un camino precioso hasta alcanzar ese final del que no te puedo contar nada.

El motor de la función es cómo seguir adelante cuando la vida te pega estos varapalos tan duros

— ¿Es una pieza con mucha literatura o esta obra habla más de la vida que de la escritura?

— El personaje es Agatha Christie pero podría simbolizar a cualquier mujer que pasa por ese duelo tan horroroso que es, en primer lugar, el shock de una separación y luego el de la ausencia que viene después y que puede llegar incluso los pensamientos suicidas. Esta que vemos es una mujer con problemas de salud mental, algo que por desgracia está a la orden del día, con tanta gente enferma por una inestabilidad mental producida por diferentes cosas. En este caso concreto estamos viendo lo que sufrió la escritora pero podría ser cualquier señora que se aferra a una esperanza muy bonita para seguir adelante que le ofrece metafóricamente Benito Pérez Galdós. El motor de la función es cómo seguir adelante cuando la vida te pega estos varapalos tan duros.

— ¿Tuviste que estudiar la obra de Christie y la de Galdós para preparar el papel?

— Yo no tuve que acercarme con detalle a la obra de Galdós. Juan Meseguer sí, aunque él ya lo sabía casi todo porque es filólogo y tiene muchos conocimientos. De hecho, cuando tengo alguna duda le pregunto, pero ojo, también de la vida no solo de literatura o de ortografía. Juan sabe de todo. Es un genio maravilloso que, por cierto, si lee esta entrevista me mata porque es muy modesto y no le gusta que hablen tan bien de él, pero a mi no me importa hacerlo porque me tiene fascinada. Es fantástico. Le admiro muchísimo y le quiero un montón. Volviendo a la pregunta, yo indagué en la vida de la escritora. Lo que se sube a escena no es una novela de Agatha Christie sino una obra que habla de ella, y cuando empezamos a trabajar no sabía nada de su vida. Juan Carlos Rubio se fue a Tenerife a escribirla y yo me puse a investigar quién era Ághata Christie, a ver qué sucedió durante esos 11 días en los que desapareció y otros aspectos como que fue una de las primeras mujeres que surfeó, y lo hacía con el príncipe de Gales por cierto. Fue una persona tradicional pero adelantada a su tiempo. Sin olvidar que escribía de forma maravillosa. Quise saber cómo era ella, y luego me dejé sorprender por Juan Carlos y su texto. Cuando su trabajo cayó en mis manos comprobé que es una delicia cómo escribe.

— ¿Hay que arropar a los autores contemporáneos como Rubio por la valentía que tienen a la hora de seguir presentando nuevos textos?

— Yo siempre lo hago. A Juan Carlos le admiro. Cuando ha tenido una obra en cartel he ido a verla y secretamente me preguntaba si tendría en alguna ocasión la oportunidad de que me dirigiera. Era un sueño por cumplir. Y ahora que me ha llegado el momento he podido comprobar que de la nada ha hecho posible esta historia de manera brillante, las búsquedas que hace, como une unas cosas con otras, cómo cuida los detalles… es que es precioso dejarte llevar por sus funciones, no solo la mía. Lo he visto en otros trabajos suyos como ‘Una madre de película’, con Toni Acosta, ‘Música para Hitler’, con Carlos Hipólito o ‘El novio de España’, en la que yo misma estuve. Todo lo que he leído o visto de él me parece fascinante.

Como no todo el mundo es de teatro, el que te vean en la tele lleva a la gente a ir a ver una función

— ¿Qué significó para ti que te llamaran para ofrecerte este papel?

— Me dejó un audio diciéndome que quería conocerme a nivel profesional un poquito más a fondo, y yo no me lo podía creer. Tengo la nota de voz guardada en una carpeta para que no se me borre nunca. Para mi fue un sueño. Quería verme para trabajar en esta obra, no en ‘El novio de España’, y la verdad es que me dio un poco de vértigo, un poco de miedito, porque yo llevaba casi 14 años sin subirme a un escenario. Pero antes de llegar Aghata llegó otra llamada para hacer una sustitución en ‘El novio de España’, y fue también mágico. Aquel fue un papel muy pequeñito, pero era un bombón de personaje. Ensayé tres días solamente y me incorporé a una producción que llevaba ya mucho rodaje. Yo interactuaba principalmente con Carmen Raigón, a quien adoro, y ella me ayudó. Aquella fue la primera vez con Juan Carlos, y nos permitió estar fluidos cuando empezamos con ‘Querida Agatha Christie’. Él ya sabía como trabajaba yo y viceversa.

— Has participado recientemente en el programa Bake Off. ¿Ayuda al teatro la presencia de actores como tu en programas de televisión?

— La tele es cercanía absoluta con la gente. Llegas a casa a mediodía o por la noche y estás comiendo o cenando acompañado de lo que ves en la tele. Nos acercamos al público en sus casas. Es una ventana que te mete directamente en su día a día. La gente que no es muy de teatro cuando te ve empieza a buscarte y a bichear con las redes sociales y entonces se enteran de que estás en la tele pero también en esta función de teatro. En Bake Off me lo he pasado en grande. Es un programa blanquito y el equipazo es fantástico, y los jueces también lo son. No son agresivas ni dañinas las relaciones entre quienes estamos en el programa y nos hemos sentido muy arropados desde el primer momento. Las series de televisión también permiten esa cercanía con el espectador. Como no todo el mundo es de teatro, el que te vean en la tele lleva a la gente a ir a ver una función.

— Para finalizar Carmen, ¿hay algún día en el que un periodista, un espectador o una persona en la calle no te mencione a tu madre ni que sea para decirte que cada día os parecéis más?

— Si. El día en el que no me muevo de casa. Ese día es el único en el que no me dice nadie nada de mi madre porque en cuanto salgo por la puerta es fantasía pura. Siempre me comentan alguna cosa y es muy bonito. Se me acercan y me dicen algo de mi madre, de mi padre o de mi hermana. Soy feliz de que me recuerden a los papis y me encanta que me comparen con mi madre. Te voy a contar lo que el otro día me pasó en el tren. Iba sentada en el vagón y vi mi cara reflejada en el cristal y pensé: “ui, mama”. Me quedé mirando un rato el reflejo porque me daba el sol de tal manera que la imagen que me devolvía era la mía pero con un tremendo parecido a mi madre. Pero insisto, es muy bonito para mi que se me acerquen para decirme que la recuerdan y que todavía la escuchan todos los días. Mientras la sigamos disfrutando con su música la seguiremos teniendo aquí. Cada día que paso la echo más de menos y, aunque quizá suene un poco feo esto que voy a decir, me gusta que la gente la eche de menos tanto como yo. Ella me lo contaba de su madre. A mi me decía una y otra vez lo mucho que echaba en falta a mi abuelita y en ese momento lo escuchas, lo entiendes y le dices que tú también echas de menos a tu abuela, pero cuando ahora es a mi a quien le ha pasado… es muy fuerte. Yo estoy todo el tiempo pensando en lo que le estaría contando a mi madre y hablo con ella constantemente.

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